El 'euro Eibar' se cena a un Granada sin alma

Lluís Payarols

Lluís Payarols

No hubo historia en Ipurua. Monólogo de un Eibar que no desaprovechó la oportunidad de golear a un Granada que enseñó el rostro del descenso, de la falta de ideas para salir de un atolladero que cada vez se complica más. Una derrota en toda regla contra un rival que sueña con Europa.

Y tienen derecho a hacerlo los de Mendilibar, que se abonan a ganar por cuatro goles a cero ocho días después de hacerlo en Valencia. Firmaron un partido serio y solvente, atormentando a Guillermo Ochoa no solo con los cuatro goles, sino con obuses de Dani García en la primera parte y de Arbilla en la segunda que el mexicano desbarató. El calvario nazarí pudo ser aún mayor en un día en que el equipo de Lucas Alcaraz debía levantar la mano para mostrar sus esperanzas de salvación.

Todo se le complicó muy pronto al equipo andaluz. Justo cuando el defensa Ingasson decidió agarrar a Sergi Enrich dentro del área y Mateu le pilló. Penalti. Adrián González despistó totalmente a Ochoa para inaugurar un marcador que amplió Enrich tras recibir un gran servicio de Adrián y recortar en el área chica al portero visitante. Fue al filo del descanso, con un Eibar dominador y buscando vías de fuga por las bandas. El Granada estaba ‘missing’.

Por ello, Lucas Alcaraz buscó soluciones en el intermedio. Dejó en los vestuarios a Foulquier para apostar por un Wakaso que, la verdad, aportó muy poco. De hecho, este jugador ya vio las primeras ocasiones armeras, con un desmelenado Pedro León haciendo estragos por el flanco derecho y ejecutando el saque de esquina que aprovechó Ramis para establecer el 3-0.

La afición eibarresa disfrutaba de lo lindo con los suyos, mientras el japonés Inui se sumaba a la fiesta por la banda izquierda poniendo en aprietos a Ochoa. Fue antes de una exhibición de porfía por parte del exespanyolista Anaitz Arbilla, ayer lateral izquierdo del conjunto de Mendilibar, luchando por tocar un balón que casi se perdía por la línea de fondo para inventarse un centro que llegó a Pedro León, quien tuvo tiempo de prepararse el chut que supuso el 4-0 final.

Fue entonces cuando el Granada quiso aparecer. Tarde, por supuesto, pero con chispazos como una ocasión clarísima de Aly Malle que desbarató el pundonoroso Ramis jugándose el físico. Tanto, que el central balear tuvo que ser sustituido. Del fichaje de campanillas del Granada en el mercado de invierno, el colombiano Adrián Ramos, sin noticias. Y de él se espera mucho para agarrarse al clavo ardiendo por el que suspira la hinchada nazarí. Este lunes ni se le vio.

En los últimos instantes, después de que Arbilla volviera a poner a prueba a Ochoa, el Granada tuvo otra gran ocasión en las botas de otro de los incorporados tras el descanso, Ezequiel Ponce, pero con excelente respuesta de Yoel. El Eibar cerró un triunfo incontestable que le aúpa a la séptima plaza y deja al Granada con aún más dudas que cuando llegó a Ipurua.  Cinco puntos hundidos en el pozo y una jornada menos.

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