Liga Santander

Chiquitos... pero matones

Los ascendidos no fallan. La victoria del Leganés fue histórica; Alavés y Osasuna sumaron el primer punto en su regreso a la élite

Leganés, Osasuna y Alavés han empezado muy fuerte en Primera División

Leganés, Osasuna y Alavés han empezado muy fuerte en Primera División / sport

Juan Carlos Gracia

La primera jornada de Liga ha dado para mucho. El espectacular arranque goleador del Barça, con un Messi estelar; la facilidad con la que venció el Madrid sin Cristiano; los 40 goles que se marcaron que son récord; la locura de partido que se vio en el Sánchez Pizjuán (diez goles); pero sin duda también tiene muchísimo mérito el inicio que nos depararon los tres recién ascendidos.

Al Leganés no le temblaron las piernas para vencer en Vigo; mientras que Osasuna y Alavés completaron una jornada brillante con los empates obtenidos ante Málaga y Atlético. Los tres estarán, a priori, peleando por evitar el descenso, pero su inicio de temporada ha rozado el sobresaliente.

El estreno soñado fue el protagonizado por el Leganés. El modesto club madrileño, presidido por María Victoria Pavón, y dirigido por Asier Garitano, debutó en Primera División logrando su primera victoria. Hizo historia en Balaídos. Víctor Díaz, un defensa que aporta muy poco gol en los equipos que ha militado, firmó un tanto que para los seguidores del Lega tiene sabor a a golazo. 

Su ascenso a Primera le ha permitido realizar obras en la estructura del estadio. Las entradas para el primer choque en la historia Butarque en Primera División ya están agotadas. Lógico.

Alavés y Osasuna también han empezado dando fuerte. Mauricio Pellegrino dirige una plantilla donde la inversión ha sido mínima pese a incorporar 17 nuevos futbolistas y sacó un punto del Calderón gracias al gol de Manu García en el descuento. No engañan con su juego, van a lo práctico. Como Osasuna. Los navarros, con una inversión igualmente mínima, lograron su primer punto en su vuelta a la élite con el tanto de Fran Mérida. El equipo de Martín tiene claro lo que debe hacer:  presión, trabajo y sacrificio.

Chiquitos... pero matones