La rusa Efimova se cuelga la plata en su lucha contra el mundo

Pese a que apenas hace una semana estaba fuera de los Juegos de Río como consecuencia de sus antecedentes y del escándalo de dopaje que corroe el deporte ruso y pese al hábitat hostil en el que ha competido por los continuos abucheos de los dóciles aficionados, Yuliya Efimova ha logrado una medalla de plata con sabor a oro (para ella) en la final olímpica de 100 metros braza.

Suspendida tras dar positivo por Meldonium (su segundo positivo), finalmente consiguió el perdón en una decisión conjunta del Comité Olímpico Internacional, la Federación Internacional de Natación y el Comité Olímpico Ruso al considerar que Efimova pudo dejar de consumir esa sustancia antes del 1 de enero (fecha en la que entró en la lista de sustancias prohibidas).

El título olímpico fue para la estadounidense Lilly King, que ya marchaba en cabeza en el ecuador de la prueba y se impuso con 1:04.93, nuevo récord olímpico a 58 centésimas de la plusmarca universal de la lituana Rita Meilutyte (la gran derrotada, séptima), Efimova fue plata con 1:05.50 y otra estadounidense, Katie Meili, se colgó el bronce con 1:05.69.

Al igual que el público, sus compañeras también fueron hostiles con la rusa y ninguna de ellas se acercó a saludarla. Buena parte de los silbidos procedían de unos aficionados estadounidenses que, curiosamente, veneran a un doble 'tramposo' como el velocista Justin Gatlin. "Solo estoy feliz de estar aquí y poder competir", había dicho Efimova a su llegada a Río

"Los nadadores de todo el mundo entrenamos duro y con limpieza a diario, así que cuando pasa algo así no es agradable, es una falta de respeto", se había quejado Meilutyte, su gran rival en Europa.

"Derrotar a Efiimova con todo lo que ha sucedido y con esas historias de dopaje sería un plus para mí", había afirmado la campeona Lilly King. "Todos queremos que los atletas estén limpios y preparados para competir, que puedas saltar al agua y confiar en tu capacidad", había terciado la genial Dana Vollmer.

En fin, que con el público y sus rivales en contra, la tetracampeona mundial Yulia Efimova se proclamó subcampeona olímpica.