Garbiñe Muguruza: "Quiero rodearme de los mejores del mundo"

Garbiñe tenía 16 años y estaba dando sus primeros pasos en el tenis profesional cuando Rafa Nadal se colgó el oro en Pekín 2008. La hispano-venezolana es de esas personas ‘echá pa’lante’, a la que los retos motivan. Hay cosas, como a todo el mundo, que la asustan, pero no el virus zika. “Si hacen unos Juegos allí es porque hay seguridad. Estoy convencida de que no habrá ningún problema”, afirma sobre una de las razones esgrimidas por algunos de sus compañeros para no viajar a Río en agosto.

Ella está deseándolo. “Serán mis primeros Juegos y, al no haber ido nunca, me hacen mucha ilusión. He oído muchas historias y los he visto por televisión pero ahora tengo la sensación de que voy a formar parte de algo muy especial, casi único”, argumenta. 

¿Qué recuerdos tiene la campeona de Roland Garros de los Juegos Olímpicos? De todo tipo. Desde “las carreras de Bolt porque la prueba de 100 metros tiene a todo el mundo expectante hasta el momento tan gracioso en que ves nombres de países que no sabías ni que existían o deportistas con nombres imposibles de pronunciar”. 

¿Qué cree Garbiñe que puede encontrarse en la cita olímpica? Ella lo tiene claro. “Quiero ir allí y rodearme de los mejores deportistas del mundo. Es una sensación diferente... y no veo que llegue el momento”. Sus preferencias, por la admiración que siente por lo que hacen, el atletismo y la gimnasia. “Es terrible. Hay algunos deportes que yo, sinceramente, sería incapaz de practicar”, admite.

Se trata de deportes que, además, no tienen la ventaja del tenis, que cuenta con citas importantes cada año, esos deportes “cuyo mundo gira en torno a esa fecha concreta. Imagina que coges un catarro ese día... Tiene que ser muy duro. No me gustaría ponerme en su piel ni loca. Me quedo como estoy”, sentencia sin dudar.

Antes de su primera aventura olímpica, Muguruza tenía claro que prefería “ganar un Grand Slam a una medalla”. Con Roland Garros en el bolsillo la respuesta se suaviza... “tendré que vivirlo para tener más información”. Queda poco para que pueda hacerlo. Muchos ojos estarán puestos en ella y Garbiñe es muy consciente de ello. “Competir por un país conlleva más responsabilidad. Y, en mi caso, estoy más nerviosa porque tengo muchas ganas de hacerlo bien”, confiesa. Pero en Río estará muy arropada. Por toda la delegación.

Ahora cruza los dedos para que el sorteo no la obligue a jugar el primer día de competición, horas después de la ceremonia de inauguración porque “me han dicho muchos compañeros que hay que vivirlo una vez en la vida, aunque la ceremonia sea muy larga. Pero si toca jugar... es más importante salir a la pista y darlo todo”.