Una épica Mireia Belmonte logra un oro histórico en 200 mariposa

Mireia Belmonte ha hecho historia en el Olympic Aquatics Stadium de Río al convertirse en la <strong>primera nadadora española que conquista el oro olímpico</strong> tras su colosal triunfo en la gran final de los 200 metros mariposa, que se añade al bronce que logró en la jornada inaugural en 400 estilos. El otro título olímpico español en la piscina lo logró Martín López Zubero en 200 metros espalda en los Juegos de Barcelona'92. 

Con su medalla de oro de esta noche (madrugada del jueves en España), la badalonesa suma ya cuatro medallas olímpicas, las mismas que toda la natación española en la historia de los Juegos. A las platas que logró hace cuatro años en 200 mariposa y 800 libres ha añadido ya en Río un bronce en 400 estilos y este sensacional oro en 200 mariposa, su prueba preferida.

Mireia había accedido a la gran final con el segundo mejor tiempo de las ocho finalistas (2:06.06), a tan solo 50 centésimas de la australiana Madeline Groves. Pese a ello, Belmonte aún tenía margen de mejora, ya que su récord de España es 2:04.78.

Y la catalana cumplió a la perfección la planificación de carrera que había realizado junto a su entrenador, Frederic Vergnoux: arriesgar más de salida y darlo todo en el tercer largo, del 100 al 150. Dicho y hecho. Mireia Belmonte pasó segunda el primer 50 con 28:48, mucho más rápida que en semifinales (28:86) y en las series (29.08). 

La mejor nadadora española de todos los tiempos <strong>mantuvo el ritmo y al paso por el ecuador de la prueba seguía segunda</strong> con un minuto justo (había hecho 1:00.95 en 'semis' y 1:01.55 en la primera ronda. Tenía a 46 centésimas a la australiana Madeline Groves y aventajaba a la japonesa Natsumi Hoshi en 79.

Ahí llegó la clave de su épico triunfo. La nadadora del UCAM Murcia Fuensanta completó el tercer largo en 32:17 y, casi dos segundos más rápida que en las dos anteriores fases, se colocó en una primera plaza que mantuvo pese al agobiante tirón final de sus dos principales rivales. 

Sufrió Mireia Belmonte, lo hizo su entrenador Frederic Vergnoux, lo hizo su inseparable fisio Mónica Solana, sus padres y junto a ellos todo un país que trasnochó para asistir a la primera medalla de oro española en los Juegos de Río. La catalana sacó fuerzas de donde casi no le quedaban para tocar la pared en 2:04.85, tan solo tres centésimas más rápida que la australiana Madeline Groves y 25 antes que la japonesa Natsumi Hoshi.

De esta manera, ella sola tiene tantas medallas  olímpicas (cuatro) como toda la natación española (Martin López Zubero, su hermano David, Nina Zhivanevskaya y Sergi López). Y lleva las dos únicas medallas españolas en los Juegos de Río. ¡Grande, Mireia!