MIS CHARLAS CON KUBALA

¿Y tú me hablas de sentimentalismos?

Josep Mª Fonalleras

 ¿Se acabó lo que se daba, Kubala, pero ahora nos sirven la Eurocopa. Tendremos el problema de siempre. A ver con qué selección nos quedamos.

¿Perdona que aquí discrepe, amigo Fonalleras. Yo no tengo por qué decidirme por una o por otra. Por supuesto que me apunto a “la Roja”.

¿¿De veras?

¿Claro. Y además te voy a contar un par de razones. La primera es evidente. Es el Barça sin Messi.

¿Y sin Mascherano.

¿Je, je. Claro. No vayamos a olvidarnos de Mascherano. Pero estarás conmigo en que es la esencia del Barça. Si esta vez incluso se baraja la posibilidad que el cerebro del Madrid deje paso a un medio campo integrado solo por los nuestros.

¿A mí, te soy sincero, me sigue costando gritar, emcionarme, levantarme del sofà, por una jugada o por un gol de España. No me sale.

¿Puedo entenderte. A ti te sabe mal (y a mi, también, en este caso) por lo que sabes que vendrá después, esa especie de avalancha nacionalista que ya nos ha avisado con los espots de propaganda que estos días no paran. Si resulta que somos unos pobres de campeonato, que al menos el campeonato nos haga triunfar aun siendo pobres. Ya pasó cuando ganamos a Rusia en el 64, con ese gol in extremis de Marcelino. La euforia del franquismo fue enorme y, además, se trataba de la Unión Soviética, el demonio en persona.

¿Pues ahora igual. Ahora se trata de ganar a los alemanes, que son los malos de la película, y de sacar pecho contra la intervención y contra el aumento del diferencial de la prima de riesgo y todas esas historias de la bolsa y la economía. A menos Europa, más honor patrio.

¿El fútbol sabe de estas cosas, te lo admito. Pero deja que acabe mi discurso. La segunda razón de mi querencia por España es Vicente del Bosque, un tipo agradable y normal, campechano de pura cepa, como el malogrado Preciado. Gente que se hace querer. Su padre, ¿lo sabes?, estuvo tres años en una prisión de Franco.

¿Sentimentalismo, sí. Vale. Pero sigo sin poder vibrar con Xavi escuchando el himno nacional. Necesito sentirme hincha de alguien y me rebienta la cosa porque en cada campeonato me toca una nueva elección. Me parece que esta vez me quedo con Italia. Ya sé que será difícil, pero esos tipos tan duros lloraron en Auschwitz y eso me llegó al corazón.

¿¿Y tu me hablas de sentimentalismos, Fonalleras?