La víctima, Messi, nunca puede ser el culpable

UNA RESOLUCIÓN INJUSTA. Una tarjeta amarilla más o una menos no tiene importancia para Messi. Pero no por ello podemos pasar por alto el agravio comparativo del que ha sido víctima. Es un caso menor pero merece un comentario de fondo para denunciar lo mal que funcionan las estructuras del fútbol español. No es justo. No es comprensible. No es tolerable. No puede ser que a Messi le traten como si fuera un quejica, un estafador, un comediante. Si yo fuera Messi estaría indignado, ya no por la tarjeta que le mostró el colegiado Fernandez Borbalán en Mestalla, sino por la resolución del Comité de Competición que ignora de forma intolerable la agresión que sufrió el jugador al recibir el impacto de un objeto lanzado desde la grada. Desestimar las alegaciones presentadas por el Barça para que le retiren la tarjeta amarilla por pérdida de tiempo, es un insulto a Messi y una desconsideración al Barça. Tal como suena. Las imágenes de televisión son reveladoras. Leo recibió un impacto en la cabeza que incluso le produjo una herida con sangre. Sin embargo, el Comité reconoce el lanzamiento de una moneda aunque dice que no aprecia que impactara en la cabeza del jugador. La resolución del Comité es una vergüenza y la redacción del acta un disparate ya que “no considera un error material manifiesto la decisión del árbitro”. Ante tal injusticia, el Barça está obligado a recurrir al Comité de Apelación para defender la honestidad y deportividad de Leo Messi. La víctima nunca puede ser culpable.

LA COPA DEL REY NECESITA CAMBIOS. Lo que van a leer a continuación ya lo hemos denunciado varias veces. El formato actual de la Copa del Rey no tiene interés ni sentido. Necesita un cambio rápido. Jugar a doble partido las eliminatorias es un error que hace daño al fútbol y al espectáculo. Hay que volver a la fórmula inglesa, partido único en el campo del club menor. Es la única forma de que vuelva la emoción y dejemos de ver los campos de Primera vacíos cuando juegan equipos de Segunda. De lo contrario, la Copa seguirá siendo una competición sin ningún atractivo hasta la final. Ya es hora de que la Federación Española se ponga al día y se recorten fechas de un calendario futbolístico excesivamente cargado. Es la única manera de que los equipos grandes se tomen en serio la competición y no alineen los reservas en las primeras rondas. El morbo de que un equipo pequeño pueda eliminar a uno grande a un partido es lo que necesita la Copa.