MI VERDAD

Tranquilos, quedan 60 puntos en juego, confíen en el Barça

Josep Maria Casanovas

QUEDAN 60 PUNTOS EN JUEGO. Esta Liga no se decide en enero, ni en febrero, ni en marzo. Que nadie se inquiete, que nadie se ponga nervioso, que nadie dude del Barça. La capacidad y orgullo del equipo de Guardiola está más que demostrada. El Madrid no es invencible, es imposible que lo gane todo. Queda mucha Liga por delante, toda la segunda vuelta más la jornada aplazada por la huelga. Es decir, todavía hay 60 puntos en juego, veinte partidos, una eternidad. Anoche sin ir más lejos estuvieron muy cerca de pinchar en Mallorca, los de Mourinho tienen pegada pero no tienen juego. Y eso se acaba pagando. Si Messi y compañía mejoran su rendimiento en campo contrario, volverá a salir el sol. Es un problema de motivación, de ser conscientes de que ya no pueden fallar más, de jugar siempre como si delante tuvieran al Madrid.

LA CLAVE, MEJORAR FUERA DE CASA. Si el Barça jugara en los desplazamientos ligueros con el mismo coraje e intensidad que lo hace en el Camp Nou, otra gallo cantaría. En casa apabullan a los adversarios con su dominio total del balón, fuera no imponen su ley desde el principio y dejan que los rivales se crezcan. Esta noche frente al Betis hay que hacer los deberes con rapidez y claridad. No vale pensar en la Copa ya que la Liga, a día de hoy, es lo más importante. De cara al Bernabéu los jugadores se motivan solos y está asegurado que darán lo mejor de sí mismos. Tampoco hay que obsesionarse con los cinco puntos de ventaja de los blancos. Caerán como fruta madura siempre y cuando el Barça les presiona encadenando una racha de victorias larga. Los empates, tal como está la clasificación, son como derrotas.

UN DESAFÍO APASIONANTE. El gran reto del mejor equipo del mundo es superar al Madrid, dejarle huérfano de títulos, hundirles en la decepción que es la antesala del fracaso. Un Barça que lo ha ganado todo, que acumula un récord de títulos, necesita ahora más que nunca nuevas metas, grandes objetivos. Y esto pasa por seguir ganando el pulso a los blancos. Es un desafío apasionante para un equipo que sigue teniendo hambre de victorias. La Liga debe estar en el punto de mira de forma prioritaria, pero los cuartos de final de Copa que están a la vuelta de la esquina pueden ser una gran ocasión para bajar otra vez los humos a los blancos. Entramos en una semana de fuertes emociones.