Mi Verdad

Tito retrata a Pep, no se muerde la lengua

Josep Maria Casanovas

UNA RESPUESTA CONTUNDENTE. Guardiola ha quedado retratado. Golpe de efecto contra su imagen de chico bueno que lo hace todo bien. Dos frases bien dichas de Vilanova han desmontado su teoría de la conspiración. Sus quejas de que no le habían dejado tranquilo a 6.000 kilómetros se han caído al fondo del mar. Mientras que Pep lanzó insinuaciones, Tito le ha respondido con hechos contrastados, con verdades como puños. El entrenador del Barça ha dado la cara, no se ha mordido la lengua como Rosell. Veintiocho años de amistad se han tambaleado y no por culpa de Tito como bien se encargó de demostrar. Vilanova no habría revelado nunca su distanciamiento... si Pep no hubiese hablado antes. “Creo que no estuvo acertado, su actitud me sorprendió”. A partir de aquí no tuvo inconveniente en confesar lo que es un torpedo a la línea de credibilidad del entrenador del Bayern: “Tras mi operación, cuando estuve ingresado, no vino a verme y le necesitaba. El que estaba solo en Nueva York era yo, el que pasaba un mal momento era yo”. Tito habló con más pena que rabia pero sin querer hacer leña de una amistad que hoy está rota. Sigue sin entender la salida de tono de su amigo pero quiso defender su propia conciencia. Vilanova ha dicho con libertad lo que pensaba, habla poco pero se le entiende todo sin necesidad de usar metáforas.

EL ABRAZO DE MÚNICH. La pregunta que se hacen ahora los aficionados barcelonistas es si estamos ya al final de la triste polémica o bien Guardiola querrá replicar sin intermediarios. Después de escuchar al presidente y entrenador, no creemos que le queden muchas ganas de hurgar en la herida. Tampoco creemos que reconozca su equivocación. Si echa un vistazo a las encuestas colgadas en Internet, se dará cuenta de que su hasta ahora impoluta imagen ha salido tocada. A la pregunta ¿a quién se cree, a Pep o a Tito? El 76% confía más en la palabra de Vilanova por la sencilla razón de que explicó lo vivido con sinceridad. Queda por ver cuál será la reacción de los dos protagonistas cuando se encuentren la próxima semana en Múnich con motivo del amistoso que jugará el Barça contra el campeón de Europa. Apostamos por que se fundirán en un abrazo ya que este desencuentro puntual, aunque haya sido desagradable, no puede hacer olvidar una amistad de veintiocho años. El abrazo de Múnich se nos antoja necesario.