Mi verdad

El problema no era Benítez, el problema es Florentino

Zinedine Zidane durante el partido frente al Talavera de la Reina

Zinedine Zidane durante el partido frente al Talavera de la Reina / sport

Josep Maria Casanovas

CABREADO PERO MÁS RICO. Florentino le ha dado la patada a Benítez sin explicaciones ni autocrítica. Como si echara a la empleada de hogar de su casa. Otro entrenador triturado, el décimo en su lista de víctimas. Todo fue muy patético. Una rueda de prensa vergonzosa, sin preguntas, liquidando el tema en tres minutos. Para esto, mejor que lo hubiese despedido por plasma, al estilo Rajoy. La misma persona que hace diez días le ratificó en el cargo, ahora le cesa sin contemplaciones. El único consuelo que le queda al entrenador que derramó lágrimas de emoción el día de su presentación es que se va con la cartera llena. Los Reyes Magos llegaron con antelación para él, le pagan el silencio con una indemnización millonaria. Se va cabreado pero rico. Nunca había ganado tanta pasta por solo siete meses de trabajo. Las primeras palabras de Zidane también fueron puro protocolo. Los nervios se lo comían y la presión le agobia. Es más listo con los pies que con la cabeza. No hace falta decir más. Seguirán mandando los mismos jugadores que le han hecho la cama a Benítez desde el primer día. No deja de ser incomprensible que el presidente que ha perdido la Copa del Rey haya cesado al entrenador que no ha perdido ningún título. Florentino pagará caro poner a un entrenador sin experiencia ni carácter que no es garantía de nada.

CAMINO DEL PRECIPICIO. La prepotencia de Florentino es un insulto para los socios. Cesar a Benítez diciendo que es un gran profesional y una gran persona pero sin dar ninguna explicación de las causas del despido es intolerable. Quien tenía que dimitir era él, que fue quien le eligió para el cargo. El presidente del Madrid ha emprendido una huida hacia adelante que le conduce al precipicio. Está cometiendo los mismos errores que le llevaron a la primera dimisión. Entonces se fue a casa diciendo que se había equivocado al mimar en exceso a los jugadores. Ahora repite el error. Da la razón a Isco, James y Benzema, los capitanes de la revuelta en el vestuario. El problema no era Benítez, el problema es Florentino. Ahora se queda solo ante el peligro, ya no le queda ningún escudo protector. Los socios le han perdido la fe y a la primera derrota los cánticos contra el palco serán insoportables. Los títulos del Barça han hundido en la miseria deportiva a Florentino.