Partido para olvidar; jugaron con el freno de mano puesto

LO MEJOR, EL RESULTADO. Partido para olvidar y solo hay que celebrar los tres puntos conseguidos. El debut del Barça en la Champions se puede resumir así; poco fútbol, mucho dominio y pocas ocasiones de gol. Luis Enrique echó mano de las sustituciones y el equipo lo acusó más de la cuenta. Faltó fuerza, ambición y velocidad. Muchos cambios, demasiados. Debutaron Ter Stegen y el joven Samper. Volvieron Xavi y Adriano al once titular. Sergi Roberto, Munir y Bartra dejaron claro que esta temporada la cantera tendrá mucho protagonismo. Un solitario gol de Piqué rematando una falta lanzada por Messi, fue suficiente. Fue un monólogo barcelonista frente a un rival que solo salió a defenderse. En el fondo se fueron encantados con el resultado, aunque fuera derrota. No se puede decir que el equipo haya dado un paso atrás pero sí es evidente que no salieron enchufados. Lo vieron tan fácil que jugaron con una marcha menos, sin agresividad, con exceso de conformismo. No fue el Barça de verdad, fue un Barça de mentiras que hasta escuchó cuatro pitos. Una especie de fugaz vuelta al pasado que no esperaba ni el entrenador. Dicho todo esto, hay que pasar página rápido. Lo de anoche solo fue un aperitivo de la Champions, seguro que contra el París SG juega otro equipo y de otra manera. 

BUEN DEBUT DE TER STEGEN Y SAMPER. El partido, resultado aparte, merece unos apuntes interesantes. El debut de Ter Stegen fue muy tranquilo. En noventa minutos no tuvo que hacer ni una sola parada, aunque conviene destacar que en el minuto 91 despejó por alto un disparo que pudo ser el empate. Xavi jugó una hora y acusó la falta de partidos. Sorprendió que Luis Enrique dejara en el banquillo a Rafinha que solo jugó los últimos minutos. Munir fue víctima de la buena sintonía entre Messi y Neymar y fue el día que tocó menos balón. Samper jugó todo el partido y a los 19 años dejó claro que tiene futuro. Sergi Roberto celebró la renovación de su contrato jugando de principio con su estilo característico, es un jugador de equipo que no brilla a nivel individual. Messi no tuvo su mejor noche pero siempre dio la cara. A Neymar le faltó el gol pero mostró un talento indiscutible. Piqué se reivindicó con un gol que a la postre fue decisivo. En definitiva, un debut apagado y gris como si hubieran jugado con el freno de mano puesto.