MI VERDAD

El partido de ayer, sin agresividad ni rencor

Leo Messi habló del duelo ante el Bayern de Múnich en rueda de prensa

Leo Messi habló del duelo ante el Bayern de Múnich en rueda de prensa / sport

Josep Maria Casanovas

DECLARACIONES ‘AVANT MATCH’. El partido contra el Bayern comenzó a jugarse ayer. Sin balón pero con micrófonos. Periodistas frente a técnicos y jugadores. Preguntas intencionadas y respuestas diplomáticas. Sin agresividad ni rencor. Con cortesía y buen rollo. Son rivales pero no enemigos. El partido de las declaraciones estuvo dominado por el ‘fair play’, los elogios mutuos y la deportividad. El Camp Nou estaba vacío pero la sala de prensa registró un lleno histórico. Récord de medios acreditados. Nunca antes las declaraciones ‘avant match’ habían levantado tanta expectación. Había verdadero interés por escuchar a Messi que hacía dos años que no hablaba antes de un partido tan importante. Lo mismo podemos decir de la presencia de Pep Guardiola en su regreso a casa vestido de rojo alemán. Las semifinales de la Champions son tan importantes que se viven y comentan veinticuatro horas antes. Leo estuvo sobresaliente, serio, tranquilo y diciendo lo que quería decir. Está claro que a nivel personal ha adquirido una madurez y temple que no tenía. Se le ve seguro de sí mismo, no le asustan los micrófonos y contesta con una soltura que refleja perfectamente el liderato que ha asumido en el campo y en el vestuario. Destacamos dos frases que hacen referencia al pasado y al presente: “Crecí con Pep pero no hemos vuelto a hablar. Mi relación con Luis Enrique es hoy buena”.

EL RETO DE GUARDIOLA. A Messi se le entendió todo. No ha vuelto a hablar con Pep lo que es tanto como reconocer que acabaron distanciados y sin buen rollo. No quiso ocultarlo pero tampoco quiso dar un titular explosivo y polémico. De Luis Enrique puntualizó que “hoy” su relación es buena, de lo que se puede interpretar lo que sabíamos, hace unos meses no fue tan cordial. Guardiola se sentó en la misma silla que Messi por la tarde. Fue sincero y claro. No ocultó que para él no es un partido normal, que quiere que gane el club que le paga y que no sabe cómo celebrará los goles de su equipo. Le preguntaron mucho sobre Messi y no se cansó de lanzarle flores: “No es posible pararle, es demasiado bueno. Pocos sistemas defensivos pueden controlar el talento”. Pep no quiso ocultar que está delante de uno de los retos más importantes de su carrera, no le preocupa cómo le vaya a recibir la afición barcelonista y las lesiones nunca las ha utilizado como argumento de excusa. El partido de ayer en la sala de prensa terminó con empate. Los goles los guardaron para esta noche.