Mi verdad

La obsesión de Guardiola y los ánimos de revancha de Messi

El día que Guardiola entregó el Balón de Oro a Messi

El día que Guardiola entregó el Balón de Oro a Messi / sport

Josep Maria Casanovas

A 7 PARTIDOS DEL TRIPLETE. A principios de mayo, mes clave en que se deciden los títulos, el Barça está exactamente donde quería estar. Por encima de sus máximos rivales y muy cerca de la gloria. En una posición privilegiada fruto de sus buenos resultados. Ni más ni menos que a siete victorias para conseguir el triplete. Tomen nota, quedan tres partidos de Liga, tres de Champions si eliminan al Bayern y la final de Copa del Rey. Ya no está prohibido soñar aunque queda por delante lo más difícil, rematar una temporada que puede ser extraordinaria. Es el momento de rendir al máximo y jugar cada encuentro como si fuera una final. El barcelonismo vive momentos de ilusión y esperanza, todo está en su mano y todo está en el aire. Lo más importante es que el equipo llega a este momento crucial pletórico de fuerza y confianza. Con este plus añadido se medirá al Bayern que llega diezmado por las bajas. ¿Se imaginan que el miércoles Messi y Neymar no pudieran jugar? Esto ni más ni menos es lo que les pasa a los alemanes, las ausencias de Robben y Ribéry debilitan su potencial ofensivo. En los últimos años nunca el Barça fue tan favorito ya que Luis Enrique tiene a su once titular en un momento dulce y con ganas de revancha. Messi y compañía no necesitan vídeos para motivarse, la sola presencia de Guardiola en el banquillo rival es un acicate para demostrar que sin él el Barça vuelve a ser el mejor.

GUARDIOLA SUEÑA CON MESSI. La obsesión de Guardiola tiene nombre y apellidos, Leo Messi. Consciente de que su papel en el juego del Barça ahora es más importante que antes, su preocupación es encontrar la forma de bloquear su juego, anular su protagonismo y desconectarlo del tridente. Lo tiene difícil por no decir imposible. Intentar atar corto al argentino significa plantear un marcaje especial que puede condicionar todo el juego del Bayern. En Champions el objetivo de los grandes equipos es intentar marcar en campo contrario por el valor doble de los goles. Mucho nos tememos que los alemanes esta vez van a salir con el objetivo prioritario de encajar los menos goles posibles conscientes de su inferioridad. Guardiola ha analizado tantos vídeos, le ha dato tantas vueltas a esta eliminatoria, que corre el riesgo de pasarse de vueltas y trasladar su obsesión a los jugadores. Le pasó hace un año cuando el Madrid les pasó por encima en una eliminación humillante para el entonces campeón.