MI PARTIDO

Ni Neymar ni Colón les apartan de los 100 puntos

Josep Maria Casanovas

MÁS CERCA DE LOS 100 PUNTOS. Aunque en los círculos barcelonistas no se habla de otra cosa que no sea Neymar, ayer el Barça cumplió con profesionalidad y acierto el penúltimo paso para conquistar la Liga de los 100 puntos. Fue un derbi insípido, aburrido e intrascendente. Con el Espanyol salvado por la experiencia prodigiosa de Javier Aguirre y el Barça campeón desde hace días, los puntos en juego no fueron aliciente suficiente para que viéramos un choque de alta tensión. El pasillo quedó en anécdota eclipsado sin duda por la polémica de la semana, el Colón vestido de culé que ha acaparado portadas, elogios y críticas. El viento se llevará el ruido, pero la foto quedará para siempre como un gol de Nike al marketing.

EN LA RECTA FINAL. El Barça que vimos en Cornellà es la viva imagen de un equipo que está ya de retirada, con los deberes hechos y con ganas de irse de vacaciones. Así y todo, dieron la cara y jugaron lo suficiente para llevarse los tres puntos. Volvió Mascherano que es una buena noticia, Alexis marcó un golazo que debe ayudarle a tranquilizarse y Villa dio la sensación de que está más preocupado en su traspaso que en otra cosa. Thiago tuvo los minutos que reclama, Cesc confirmó que esta no ha sido su mejor temporada y Valdés sin decir nada jugó su penúltimo partido soñando con el paraíso fiscal de Montecarlo. Tito Vilanova está a un paso de lograr un récord que no pudo alcanzar Guardiola, 100 puntos que valoran aún más el título de Liga.

EL PAPEL DEL ESPANYOL. Lo mejor que puede hacer el Espanyol es renovar ¡ya! a Javier Aguirre sin regatearle nada. Se lo merece. Es un entrenador que saca el máximo rendimiento a la plantilla. Cogió al equipo en Segunda y lo ha dejado donde corresponde, en la zona tranquila. Antes de soñar con Europa es necesario que la propiedad del club se plantee qué quieren ser. Falta una estrategia deportiva de futuro coherente con las limitaciones económicas. Es hora de confiar en la cantera, de no vender jugadores a la primera de cambio, de no improvisar con fichajes que no tienen recorrido. El Espanyol tiene que mirarse en el espejo de la Real Sociedad, en Barcelona hay sitio para dos equipos en Primera, Madrid sin ir más lejos tiene cuatro.