MI VERDAD

Nada es imposible: están en el cielo, camino de la gloria

Luis Enrique, en el Bernabéu

Luis Enrique, en el Bernabéu / sport

Josep Maria Casanovas

ELOGIOS MERECIDOS. En el Barça la palabra imposible no existe. El progreso experimentado por el club en lo que llevamos de siglo XXI es espectacular. De la mano de un talismán como Messi se ha convertido en el mejor equipo del mundo; los títulos lo confirman. Madrid, Manchester United, Bayern y Chelsea se han quedado por debajo. El Camp Nou es la catedral del fútbol espectáculo. El poder de superación sorprende a propios y extraños. De la misma manera que el Barça de Guardiola superó con creces al mítico Dream Team de Cruyff, el Barça de Luis Enrique está en el camino de eclipsar al Barça de las 6 Copas. La razón es bien sencilla. Se han unido con una misma camiseta los tres mejores delanteros del mundo, los reyes del gol, el terror de las defensas contrarias. En lo que llevamos de 2015, Messi, Neymar y Suárez suman ya 121 goles, un récord excepcional. A veces, de tanto elogiar, tenemos la duda si nos pasamos en las alabanzas. Pero no es así. Los comentarios de los jugadores de la Roma van en la misma línea. El portero polaco Szczesny reconoció: “Nos enfrentamos a un equipo que es de otro planeta”. Y el brasileño Maicon comentó: “Tuvimos suerte, solo nos metieron seis”. Más sinceros, imposible. Es la confesión de la impotencia.

PRIMER TRIMESTRE SOBRESALIENTE. Ahora hace un año, el Barça de Luis Enrique se debatía entre dudas y una relación complicada del técnico con las estrellas. Nadie podía soñar entonces que acabarían ganando el triplete. Ahora es todo lo contrario. El equipo, lejos de relajarse o acusar la mala racha de lesiones, se ha crecido. El primer trimestre de Liga lo han aprobado con sobresaliente. Seis puntos de ventaja al Madrid es un colchón magnífico si se mantiene hasta final de año. Hay buen rollo en el vestuario, como nunca se había visto. La química entre Messi, Neymar y Suárez merece un estudio sociológico. Se llevan como hermanos. Nada que ver con la tensión que viven Cristiano y Bale. Y a todo esto, dentro de quince días, afrontarán el Mundial de Clubs en Japón en condiciones óptimas para levantar un título de prestigio. El Barça de Luis Enrique está en el cielo camino de la gloria.