MI VERDAD

Si Messi hablara... ganaría las elecciones

Messi habla poco pero cuando lo hace se le escucha

Messi habla poco pero cuando lo hace se le escucha / sport

Josep Maria Casanovas

EL CANDIDATO IMPOSIBLE. En el Barça ahora mismo solo hay un personaje que ganaría de calle las elecciones. Por aclamación, por mayoría absoluta, sin rival. Pero no hace falta decir que estamos hablando de una hipótesis imposible. Ni puede ser candidato ni le interesa. Su trabajo está en el campo, no en el palco. Messi contempla la campaña electoral desde la distancia, mientras disputa en Chile la Copa América. Leo es la única persona del entorno barcelonista querido por todos, los de antes, los de ahora y los de siempre. No tiene enemigos, solo admiradores. Si el argentino hablara, podría decantar las elecciones. Pero no lo hará. Nunca se ha metido en polémicas y siempre ha sabido estar en su lugar. Los profesionales del club tienen que mantenerse imparciales aunque esto no evita que los jugadores que sean socios y quieran votar el día 18 lo hagan en libertad y en conciencia. Messi no es hombre de grandes declaraciones pero quizás por ello, cuando habla, sus palabras tienen consecuencias. En diez años solo una vez ha plantado cara a la directiva, fue cuando el vicepresidente económico Javier Faus lo acusó de pesetero: “No soy partidario de renovar a un jugador cada seis meses”. Aquello le sentó como una puñalada por la espalda y su respuesta fue tajante: “El señor Faus es una persona que no sabe nada de fútbol y quiere manejar el Barça como si fuera una empresa”. Curiosamente, Faus no está en la nueva directiva de Bartomeu.

POR ENCIMA DE LAS ELECCIONES. Messi habla poco pero cuando lo hace se le escucha. Las elecciones no son su partido y no tocará bola. Su poder está en el vestuario, donde su influencia es infinita. Fue capaz de abrir la puerta para la marcha de Ibrahimovic y de apartar a un fisioterapeuta que le había acompañado por todo el mundo. Con Guardiola el último año tuvieron sus más y sus menos, hasta el punto de que el técnico en su despedida lanzó una frase con un claro destinatario: “Me voy porque nos acabaríamos haciendo daño”. Volviendo a la campaña, bien podemos decir que Messi está por encima de las elecciones. Gane quien gane le va a tratar como lo que es, el mejor jugador de la historia del Barça. Cualquier candidato estaría encantado en tener su apoyo, pero todos saben que esto es imposible. Messi ni se compra ni se vende. Es patrimonio del club y en consecuencia es intocable. A Leo solo le preocupan las cosas que le afectan. Su hijo, su familia y su equipo por este orden de preferencias. Y ahora mismo solo tiene dos fijaciones en su mente: ganar la Copa América frente a Chile y disfrutar de un mes largo de vacaciones.