MI VERDAD

Guardiola dispara contra Rosell abriendo una herida incurable

Josep Maria Casanovas

ATAQUE DIRECTO. Los proyectiles vuelan bajo, amenazan con dinamitar el entorno barcelonista. Guardiola apunta y dispara contra Rosell con munición pesada resucitando viejas rencillas. Esto es una guerra de declaraciones peligrosa. Pep se siente difamado y pasa al ataque con una virulencia inesperada: “Utilizar la enfermedad de Tito para hacerme daño no lo olvidaré nunca”. Guardiola ha explotado poniendo una bomba de relojería que divide de nuevo al barcelonismo. Pep y Sandro nunca fueron amigos, nunca tuvieron una relación de confianza, nunca se fiaron el uno del otro y viceversa. Un año después de su marcha del Camp Nou, el entrenador del Bayern pasa cuentas con un discurso lleno de agravios hasta el punto de plantar cara diciendo que si sus palabras no responden a la verdad, que salgan a rebatirle sin intermediarios. Se ha abierto una herida que se nos antoja incurable por la que correrá la sangre. El presidente calla y no entra al trapo aunque ello implique el riesgo de aceptar la sentencia del refranero español; el que calla, otorga. De todos modos, la acusación de Pep es tan grave que más temprano que tarde obligará a Rosell a hacer oír su voz. Esto es un divorcio en toda regla similar al que ya vive Rosell con Cruyff.

THIAGO, OPERACIÓN NEFASTA. El frente abierto por Guardiola no acaba aquí. Tendrá más consecuencias. Ahora van a por Thiago con todas las de ganar y a un precio de ganga. El Bayern va a repetir la operación de Javi Martínez. Hace un año pagaron la cláusula al Athletic de Bilbao, 40 millones, ahora por menos de la mitad se llevarán la gran promesa de la cantera barcelonista. Otra operación nefasta para el club que se les escapa de las manos, que no han sabido evitar. Esto abrirá otra vía de agua en Can Barça, con un Zubi que no pinta nada, un Vilanova que como él mismo declaró parece un empleado y un presidente que se queda solo ante el peligro a la espera de que el balón entre. La marcha de Thiago será otro trago amargo para la afición culé ya que su ausencia se puede pagar cara. Se escapa un jugador de talento con gran recorrido por delante. El Barça está pasando una mala semana, entre el discutible traspaso de Villa, las declaraciones de Guardiola y la inminente marcha de Thiago, se han eclipsado las ilusiones que levantó el fichaje de Neymar.