Mi verdad

Golpe de estado en la Champions: mandarán los clubs

Josep Mª Casanovas

El fútbol, de la mano de los derechos de televisión, se ha convertido en la gallina de los huevos de oro del deporte. Un gran negocio que tiene todavía mucho recorrido. La Champions League es el gran caramelo, el diamante en bruto a pulir por tratarse de la competición de clubs más importante del mundo. En los últimos tiempos han surgido varios proyectos para crear una superliga prometiendo el oro y el moro a los grandes clubs europeos. Por otro lado, los clubs campeones se han dado cuenta de su enorme potencial y no están de acuerdo con el excesivo protagonismo de las federaciones y de un reparto económico que no les favorece. La creación de la ECA (Asociación Europea de Clubs) ha sido la palanca que está generando el gran cambio que se avecina. No será una revolución como pretendía el grupo chino Wanda Sports, sino una evolución en dirección a los intereses de los clubs. Había dos alternativas, romper con la UEFA y crear un campeonato alternativo como hace 16 años hizo la Euroliga de baloncesto relegando a la FIBA o bien pactar una gestión compartida creando para ello una sociedad al 50% entre la UEFA y la ECA. En la reunión celebrada esta semana en Mónaco, la ECA aprobó un nuevo plan de competición para el trienio 2018-21 que la UEFA tiene que ratificar en el congreso del 17 de septiembre cuando elegirán nuevo presidente. Es un golpe de estado con guante de seda, los clubs tomarán el poder de la Champions y la Europa League y la UEFA tendrá que aceptar ya que en caso contrario tendría las de perder. El objetivo de la nueva sociedad al 50% será incrementar un 30% los ingresos, aumentar el porcentaje económico de los clubs que tienen más audiencia en televisión y potenciar el nivel deportivo de la competición. Un paso adelante importante para profesionalizar el fútbol de alto nivel sin romper amarras con la UEFA pero dejando claro que los clubs son los que aportan el negocio y quieren tener poder de decisión. Josep Mª Bartomeu, como miembro de la comisión ejecutiva de la ECA, ha tenido un papel determinante en sentar las bases para aumentar los ingresos económicos de cara al futuro. El Barça recupera poder.

Messi, un caso único

No hay jugador de primer nivel en el mundo que haya estado diez años en la élite del fútbol mundial ganando títulos sin parar. Un caso único. Messi ni se cansa, ni se gasta, ni se pasa. Todo lo contrario. Cada año es más importante para el equipo, tiene más ganas y conserva una condición física envidiable. Sorprende positivamente la forma excepcional con que ha comenzado la temporada. Pletórico, feliz y risueño. Ha pasado página de los problemas judiciales y de la decepción de la Copa América. Hasta el rubio le sienta bien. Si Messi funciona, el Barça puede estar tranquilo. Es la pieza mágica que lo arregla todo. Un seguro de vida. Su comportamiento excepcional merece también un trato excepcional. Hay que hacerle un contrato de por vida mientras quiera seguir en activo. Una negociación que hay que hacer en silencio, sin luz ni taquígrafos. El dinero tampoco será problema porque es la mejor inversión que puede hacer el club. Por su rendimiento excepcional, siempre es el más rentable. Tener a Leo contento y tranquilo es garantía de éxitos. No saben la suerte que tenemos de ser coetáneos de la carrera del mejor jugador del mundo. El fútbol que genera el Barça de Messi es un espectáculo de otra galaxia comparado con los otros partidos de Liga.