El fútbol es injusto con el Atlético

Josep Mª Casanovas

El fútbol es injusto, terriblemente injusto con el Atlético de Madrid. Se les escapa por tercera vez la Copa de Europa cuando la tenían más cerca de la mano. En la tanda de penaltis, en el último lanzamiento, sus ilusiones quedaron rotas. Dramático final para una final que tuvo más emoción que buen juego. El Madrid conquista la undécima con la suerte como aliada, mucha recompensa para tan poco fútbol. La euforia desatada de los blancos coincidía con el drama de los rojiblancos. Lloraban como niños. Plantaron cara a un rival muy superior a base de coraje, amor propio y un espíritu de lucha que les llevó con todo merecimiento a la prórroga.

Para el Atlético el palo recibido anoche es muy duro ya que se repite la historia de la final de hace dos años en Lisboa. Para el Madrid el título es la gloria, el final brillante de una temporada irregular. Zidane se asegura la continuidad en el banquillo blanco mientras que para Simeone es como una puñalada por la espalda. Él mejor que nadie sabe que su plantilla es muy inferior, que a nivel de individualidades tampoco puede competir, pero a pesar de estos dos hándicaps que sobre el papel parecen insalvables, su equipo ha llegado a la final después de haber eliminado al Barça y al Bayern. Cayeron en el último segundo en la lotería de los penaltis con el problema añadido que Oblak, que fue la figura de su equipo durante dos horas, en los penaltis tiene su talón de Aquiles y fue como un muñeco de feria. El drama de las finales es que el ganador es un campeón y el derrotado encaja el revés como un fracaso. El Real presumirá de esta copa más de lo que le toca y el Atlético lamentará mucho tiempo perder como perdió anoche. En el fondo el resultado se explica en función de los números. El presupuesto madridista dobla el atlético y esto acaba siendo decisivo en el campo.

Zidane se asegura su renovación

El gran vencedor del partido fue Zinedine Zidane. Si llega a perder le hubiesen culpado de la poca ambición que tuvo su equipo después de un arranque magnífico. Pero como ha levantado la Copa de Europa ya tiene asegurada la renovación porque ha salvado de la quema a Florentino. Con Benítez el Madrid caminaba hacia el fracaso y con el técnico francés ha recuperado la ilusión y la fuerza. Poco importa que ayer Cristiano no la tocara, marcando el último penalti se eximió de las críticas. Tampoco apareció Bale ni brilló Benzema. Tuvo que ser otra vez Sergio Ramos quien les pusiera en el camino de la victoria. 

Zidane es un entrenador cuya mejor virtud es dar confianza y libertad a los jugadores. Es más psicólogo que técnico. Pero el marcador le ha ayudado mucho y se ha ganado la continuidad con todos los honores. Eso sí, le queda trabajo para este verano, ajustar una plantilla donde algunas estrellas se apagan y hay un banquillo conflictivo. Este título tendrá efectos mágicos para el Madrid a corto plazo pero no es la garantía de nada de cara al futuro. Hay que reconocer que los blancos en la Champions se crecen aunque ayer, si llegan a perder en la lotería de los penaltis, la historia se escribiría justamente al revés. De ganar a perder hay un abismo aunque la diferencia solo sea un penalti.

Acto de justicia con Busquets

Ya han pasado a la historia los tiempos en que los canteranos no se valoraban en su justa medida con respecto a los cracks internacionales. Busquets ya está al nivel económico que se merece, a la altura de Iniesta y Piqué. Es un jugador clave en el estilo de juego del Barça y tenía ofertas de los clubs más importantes del continente que llegó a valorar. Su renovación hasta el 2021, con una ficha de 14 millones que puede llegar a los 17 por títulos ganados, es el premio a su talento, esfuerzo y profesionalidad. Haber cerrado la operación con celeridad antes de la Eurocopa es una buena noticia. Las salidas de Thiago y Pedro han servido para demostrar al centrocampista de Badia que lejos del Camp Nou se vive peor y se ganan menos títulos.