MI VERDAD

El Ferrari de Alonso no es un coche campeón

Josep Maria Casanovas

FERRARI VUELVE A FALLAR. En la Fórmula 1 pasan cosas que son difíciles de entender. No gana el mejor piloto sino que gana el campeonato el mejor monoplaza. La marca que hace los mejores coches del mundo, Ferrari, pierde ante la marca que hace la bebida energética más famosa del mundo, Red Bull. A simple vista esto es un gran contrasentido. ¿Cómo puede ser que la fábrica de Maranello no sea capaz de hacer un coche competitivo? Un año más no hay respuesta, Fernando Alonso parece condenado a luchar por el subcampeonato. ¿Por qué continúa la superioridad de Red Bull? Porque tiene un ingeniero apellidado Newey que siempre va por delante de los demás en aerodinámica y puesta a punto. Consecuencia de todo esto es lo que sucedió ayer en el Gran Premio de Alemania, Vettel volvió a ganar, de principio a fin, mientras que Alonso se tuvo que conformar con la cuarta plaza tras lograr solo el octavo mejor tiempo en entrenamientos. Por este camino, si las cosas no cambian, se repetirá la historia de la pasada temporada cuando los esfuerzos del piloto español fueron en vano. Nada nos extraña por tanto que ayer Fernando, tras verse fuera del podium, reclamara a su escudería un coche capaz de ganar tres o cuatro carreras seguidas. Las expectativas de principio de año de que el nuevo monoplaza fuera realmente competitivo, se han disipado. Ferrari sigue sin estar a la altura de su fama y prestigio.

ALONSO, DECEPCIONADO. Tres escuderías, Red Bull, Mercedes y Lotus están a día de hoy por encima de la marca del caballito rampante. Si el comendatore Enzo Ferrari levantara la cabeza, se cargaría de un plumazo a los ingenieros culpables de este fracaso. Tienen el mejor piloto y no saben aprovecharlo. Fernando saca el máximo partido de su Fórmula 1, como lo demuestra su segundo puesto en el campeonato, pero así y todo está a 34 puntos de Vettel sin posibilidades de luchar por la victoria. En Silverstone recuperó 15 puntos por un fallo mecánico del Red Bull, ayer, aun ganando cuatro puestos en carrera, volvió a perder 13 puntos con respecto al alemán. Así es imposible ser campeón. O Ferrari despierta o seguirá condenado al papel de segundón. Alonso se muerde la lengua para no criticar a su escudería, pero está muy cabreado al ver que los demás monoplazas evolucionan y el suyo no. Fichó por Ferrari convencido de que volvería a ser campeón del mundo y ahora mismo se siente defraudado.