MI VERDAD

El '9' falso y el '9' verdadero

Messi y Luis Suárez, en Chipre

Messi y Suárez, celebrando uno de los cuatro goles del Barça en Chipre / sport

Josep Maria Casanovas

SABER ADAPTARSE. Una de las claves del Barça esta temporada es el encaje de Luis Suárez en el equipo. Su talento y capacidad goleadora está fuera de duda. Es un ganador nato que todavía no ha ganado nada importante. Un líder con hambre de títulos y deseos de levantar copas. Sabe que al lado de Messi tiene todos los números para seguir creciendo, para ser feliz, para hacer historia. El Camp Nou debe ser su trampolín definitivo después de haber sido Bota de Oro en el Liverpool. El uruguayo es perfectamente consciente de que aquí no es la estrella y que tiene que compartir protagonismo con Leo y Neymar. Esto es un privilegio pero condiciona su juego. Hay una jerarquía que se tiene que respetar. Messi tiene libertad para jugar donde quiera y los demás tienen que adaptarse a su estilo. El Barça de Luis Enrique parece haber encontrado el mejor encaje, esto significa jugar con un ‘9’ verdadero y con un ‘9’ falso, Suárez más adelantado y Messi viniendo de atrás. El problema no debe ser quién marca los goles, sino ganar todos los partidos. Los celos y la envidia hay que dejarlos en casa. Hay que tener mentalidad de equipo. Si Messi, Neymar y Suárez son capaces de rendir al máximo nivel, el Barça puede ganarlo todo. Conviene destacar que a nivel personal la relación entre ellos es muy buena, lo que redunda en beneficio de todos.

UN TRIDENTE PARA SOÑAR. Fichar a Suárez fue una apuesta segura. Cierto que el mordisco del Mundial estuvo a punto de desmontar la operación. Hay errores que se pagan caros y este pudo arruinar su carrera. El mérito del Barça es que no se dejó influenciar por la opinión de las redes sociales, por las críticas que merecidamente recibió el jugador. Por todo ello, Luis está en deuda con el Barça ya que le abrió de par en par las puertas de la catedral del Camp Nou, aunque llegara como un pecador. El gol que marcó el martes en Chipre solo es el adelanto de lo que viene. Es un jugador de área que tiene el gol entre ceja y ceja. Domina los espacios cortos y remata con las dos piernas. Un ‘9’ verdadero para un equipo que se ha acostumbrado a jugar sin delantero centro. Así se explica que tenga que reinventarse, caer a las bandas y asistir al compañero mejor colocado. Luis Enrique tiene ahora muchos recursos atacantes y una auténtica garantía de gol. Jamás el Barça tuvo tres delanteros tan desequilibrantes como Messi, Neymar y Suárez, un tridente para soñar.