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El día que Messi no se juega nada, también es el mejor

Munir marcó un golazo en Cornellà

Munir marcó un golazo en Cornellà / sport

josEP mª Casanovas

TRIPLE RACIÓN DE DERBI. El Barça ya está en cuartos de final de la Copa con una superioridad manifiesta. El campeón eliminó al Espanyol en una clara demostración que van a por todas. Se acabó la triple ración de derbi que ha servido para resucitar una rivalidad que estaba en horas bajas. Afortunadamente, la espiral de agresividad y enfrentamientos que alcanzó su punto peligroso en el Camp Nou no se ha repetido en Cornellà. Las aguas volvieron a su cauce. La diferencia entre los dos equipos es tan grande que la lógica acaba imponiéndose. Por mucho coraje que le pongan los hombres de Galca, superar al Barça es un imposible, sobre todo si Messi y compañía se emplean a fondo. Hay que destacar el empeño de los hombres de Luis Enrique en querer ganar todos los partidos.

Anoche podían salir con el freno de mano puesto, arriesgando lo mínimo y conformándose con el empate que les era más que suficiente. No fue así. El Barça, a pesar de salir con una alineación en la que faltaban cuatro titulares indiscutibles, dominó con claridad y la victoria es corta por las ocasiones de gol que tuvo. Positivo fue el ensayo de jugar con dos pivotes por delante de la defensa que permitieron a Messi cobrar protagonismo como director de orquesta con un rendimiento notable. El crack argentino lo quiere jugar todo y aguantó más tarascadas de las merecidas en un ejemplo de profesionalidad que le honra.

LA NOCHE DE MUNIR. El día que no estaban Suárez ni Neymar y que Messi retrasó su posición, Munir dio un paso al frente con dos goles que deben darle moral y confianza. Está claro que le ha ganado la partida a Sandro, tiene la confianza del técnico y parece capaz de progresar en un club donde los delanteros de la cantera tienen pocas oportunidades. Sorprendió la alineación de Aleix Vidal como delantero para acabar jugando de todo terreno con libertad de movimientos. Es un comodín muy interesante por su polivalencia y su velocidad.

Luis Enrique ensayó un esquema táctico distinto buscando alternativas de juego diferentes de cara a la parte crucial de la temporada. Del partido de ayer nos quedamos con la seriedad y eficacia del Barça. Un último dato que lo dice todo: en el minuto 90, con el partido ganado, Messi seguía empujando al equipo y estuvo a punto de marcar. El día que Messi no se jugaba nada, también fue el mejor.