Mi partido

Cuando Bravo es el mejor, mala señal para el equipo

Messi, en acción en el Valencia-Barça de Mestalla

Messi, en acción en el Valencia-Barça de Mestalla / sport

Josep Maria Casanovas

LO MEJOR, EL RESULTADO. Resultado afortunado. Poco fútbol. Valiosos tres puntos. Así se puede resumir la victoria del Barça. El mérito del triunfo está en la fe del equipo que luchó hasta el último minuto con coraje y seriedad. El gol ‘in extremis’ de Busquets  fue la recompensa a un partido serio y trabajado. El objetivo conseguido lo compensa todo, seguir a rueda del Madrid después de pasar por un campo tan difícil como es Mestalla. La forma como festejaron el gol demuestra bien a las claras la importancia que dan los jugadores a este resultado. El Valencia también pudo ganar y no es una anécdota que Claudio Bravo fuera el mejor jugador barcelonista con dos paradas de gran valor que mantuvieron vivo a su equipo. El experimento de jugar con dos pivotes, Busquets y Mascherano, sirvió para amarrar en defensa pero no facilitó el juego de ataque ya que crearon muy poco fútbol en el centro del campo. Messi tenía que retrasarse mucho para iniciar la jugada y una vez más los centros continuados de Alves no llevaron a ninguna parte. De esta manera, el temido tridente tuvo menos ocasiones de gol de las deseadas y conviene destacar que a Luis Suárez le anularon un gol que no era fuera de juego. Vimos un Barça atenazado por el rival y más preocupado en no encajar ningún gol que en arrollar al contrario. 

APROBADO POR LA MíNIMA. Dicho lo dicho, la verdad es que esperamos más del Barça. Tiene que crecer como equipo y a nivel individual. El día que Messi no está inspirado, parece que se le fundan los plomos al equipo. Luis Enrique alineó un centro del campo donde los peloteros han perdido protagonismo y eso lo acusa el juego barcelonista. Tenemos la sensación de que el técnico asturiano todavía está en fase de pruebas en busca de un juego más veloz y con menos toque. El Valencia plantó cara con garra y amor propio. No tiene equipo para aspirar a jugar la Champions pero tutearon al Barça y estuvieron cerca de darle un disgusto si no llega a ser por la buena actuación de Bravo. Nos recordó a Valdés. Para lo que tiene que parar y no presume de nada. Se ha ganado la titularidad ya que da confianza a la defensa. Resumiendo, gracias al oportunismo de Busquets aprobaron el examen de Valencia con la nota mínima y ahora queda por ver si serán capaces de superar la reválida en la Champions la próxima semana contra el París Saint Germain.