MI VERDAD

Criticamos a Luis Enrique por no hacer lo que dice

Luis Enrique Martínez

Luis Enrique Martínez / sport

Josep Maria Casanovas

LA TEORÍA SE DESMONTA. Hoy vamos a hacer caso a Luis Enrique y le vamos a seguir al pie de la letra. Una de sus frases célebres no ha quedado en el olvido: “El elogio debilita”. Si el elogio debilita, la antítesis, es decir, la crítica, debe ser un motivo de superación, un estímulo. Por dicho motivo vamos a criticar a Luis Enrique, para que medite sobre sus palabras, porque no se puede proclamar una cosa y hacer lo contrario. Es una incongruencia que lance en rueda de prensa el mensaje de que los elogios debilitan y después, cada semana, ponga por las nubes a Messi que sin duda se lo merece. El jugador argentino desmonta su argumento, los elogios no solo no le debilitan sino que cada partido juega mejor. El domingo en Valencia el técnico asturiano no tuvo reparo en lanzarle más flores: “Es único y especial. Es algo simplemente espectacular”. Que conste en acta que estamos completamente de acuerdo con estos elogios y, conociendo el carácter del jugador, no le van a debilitar porque no es vanidoso ni prepotente. Tiene un ego muy controlado y está acostumbrado a convivir con la fama con una modestia y sencillez elogiable. Los elogios hacia Leo tampoco van a crear celos en el vestuario, ya que todos tienen asumido que es el Nº 1 con diferencia. Por lo tanto, la teoría de que el elogio debilita no funciona en el caso de Messi aunque pueda ser un argumento válido en el caso de los jugadores que suben de la cantera y no asimilan los elogios como una cosa pasajera.

SE GANA LOS ELOGIOS. No es nada fácil ser entrenador del Barça. Siempre hemos dicho que el hombre que se sienta en el banquillo del Camp Nou, aparte de los conocimientos deportivos, tiene que tener mucho de psicólogo. Es complicado mantener el equilibrio en un vestuario donde todos se creen importantes y la envidia traiciona a los que no tienen la cabeza bien amueblada. Luis Enrique sabe mucho de esto ya que fue monaguillo antes que fraile. En el caso de Messi, ha seguido la misma pauta de Guardiola. El argentino come aparte. No es un privilegio, es una consideración que se ha ganado en el campo a base de rendimiento. Si Leo está contento, juega mejor y el equipo sube como la espuma. Si encima físicamente está en forma porque ha entrenado como toca, es capaz de hacer una temporada regular y efectiva cosa que no sucedió la pasada campaña. Conclusión: Messi se gana en el campo los elogios que recibe.