Cristiano dispara contra Florentino criticando la política de fichajes

NO SE MUERDE LA LENGUA. La vanidad y la soberbia de Cristiano Ronaldo no tienen límites. Se cree un ser superior como su presidente y le gusta hacer declaraciones grandilocuentes para ser siempre protagonista. Ahora que no juega, ahora que su equipo acaba de encajar una derrota dolorosa, aprovecha un show publicitario para lanzar un dardo envenenado a Florentino. Es la pataleta del niño mimado. Es la reacción al traspaso no deseado de su amigo Di María. Es la confirmación de un carácter egocéntrico que sitúa sus intereses personales por encima de los del club. De la misma manera que hace unos días sin venir a cuento criticó indirectamente a Messi –“si dijese todo lo que pienso de su nominación como mejor jugador del Mundial estaría en la cárcel”– ahora dispara con bala contra su presidente: “Si yo mandase, no habría hecho las cosas así.” Eso, al día siguiente que la Real te ha metido cuatro, que las redes sociales echan fuego por traspasar a los mejores, hace daño, duele. Le clava una puñalada por la espalda justo en el momento que Florentino intentaba pasar página de la polémica fichando a un suplente de lujo, Chicharito. Esto no se hace por mucho que después lo quiera arreglar diciendo que “hay que respetar y apoyar las decisiones del presidente”. Una de caliente y una de fría. Cristiano, con tal de ser noticia, es capaz de criticar a quien tan bien le paga.

CRISTIANO TIENE RAZÓN. El daño que hacen estas declaraciones se debe a que Cristiano mete el dedo en la llaga. Dice lo que piensa el socio madridista. Ancelotti tenía un equipo campeón que solo necesitaba unos retoques y Florentino, en su doble faceta de ser el que más manda y el que decide los fichajes, se ha equivocado. Cambiar a Di María por James es un gran error. Pensar que Kroos puede jugar de medio defensivo es no entender de fútbol. Dejar marchar a Xabi Alonso de la noche a la mañana, ha creado un hueco difícil de cubrir. Cristiano habló de este tema sin morderse la lengua y con la suficiencia que le caracteriza: “Va a cambiar el equipo. Tenemos jugadores distintos. Espero que el resultado del cambio sea a mejor.” El portugués se mete en el terreno del entrenador. Ancelotti piensa igual pero es un entrenador de club y se calla, aunque en su fuero interno también esté cabreado ya que le han movido piezas clave sin consultarle. En resumen, Cristiano echa leña al fuego de la derrota de San Sebastián mientras Ancelotti busca soluciones de cara a su próximo partido contra el Atlético.