MI VERDAD

La corrupción y el doping llegan al fútbol

Josep Maria Casanovas

UNA DENUNCIA MUY GRAVE. La corrupción política se ha convertido en noticia de primera página. Da asco. Es vergonzoso comprobar cómo hay tantos corruptos sueltos por ahí. Gente sin escrúpulos, sin ética, sin vergüenza. Cada día estalla un caso nuevo. Hoy es un diputado, mañana un alcalde y pasado una ministra. Es de juzgado de guardia pero nadie va a la cárcel. La gente normal, los que pagamos los impuestos, los que tenemos problemas a final de mes, estamos hartos. Esta banda de ladrones está infiltrada en todos los niveles de la sociedad. El deporte no podía ser una excepción. La Europol acaba de desmantelar una red de mafiosos que amañaron más de 380 partidos. Y en medio de todo este escándalo, sale a la palestra un expresidente de la Real Sociedad, Badiola, que denuncia que en su club se llevaba una Caja B para poder pagar los productos dopantes que se tomaban los jugadores. Esta denuncia toma cuerpo al comprobar que en las bolsas de sangre que la Policía encontró a Eufemiano Fuentes había una inscripción sospechosa, RSOC, que ahora todo el mundo relaciona con el equipo de San Sebastián. Esto huele muy mal. Solo faltaba esta denuncia de doping en el fútbol para comenzar a tirar de un hilo que puede acabar en un escándalo de grandes dimensiones. No queremos señalar, pero hay muchas personas que no dormirán tranquilas esta noche.

GUERRA A MUERTE. La corrupción y el doping llegan al mundo del fútbol. Esta es la triste conclusión. Mucho nos tememos, por desgracia, que no sean los únicos casos. Hay una mafia internacional detrás de las apuestas on line que se aprovecha de los futbolistas. En Italia ya se registró un caso muy grave que acabó con prisión para los culpables. El tema del doping es mucho más grave. Eufemiano Fuentes, en el juicio de la Operación Puerto, ha abierto la caja de los truenos diciendo que él había trabajado con varios jugadores de primera división. Se tiene que llegar hasta el final, caiga quien caiga. El actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional queda señalado por el dedo acusador por mucho que intente desmarcarse. Con el doping no se juega, guerra a muerte contra los tramposos. La Federación Española debe ser inflexible y lo mismo vale para la UEFA. No vale esconder la cabeza bajo el ala. No podemos consentir que el mundo del deporte quede bajo sospecha como lo está la política.