MI VERDAD

El contrato de Thiago, una bomba de relojería

Josep Maria Casanovas

VOZ DE ALARMA. Thiago Alcántara es una de las joyas de la cantera barcelonista. Un centrocampista con talento y futuro. Con 22 años recién cumplidos es el relevo natural de Xavi, que ya ha cumplido los 33. El hijo de Mazinho es un digno sucesor de la escuela de Guardiola, Xavi e Iniesta, un jugador de gran técnica, toque prodigioso y visión de juego. Le falta pulir algunos detalles. A veces peca de jugar de cara a la galería, tiene que sacrificarse más en tareas defensivas, recuperando balones y presionando a los contrarios. Pero de lo que no hay duda es que está llamado a ser más pronto que tarde un titular indiscutible aunque esta temporada haya tenido menos minutos de los deseados, lo que ha perjudicado su progresión. Dicho todo esto, hay que levantar la voz de alarma ante la posibilidad de que se pueda marchar del Barça por la puerta de atrás por culpa de la letra pequeña de su contrato. Cuando renovó en 2011, se estipuló una cláusula de rescisión de 90 millones que podría rebajarse a 18 si jugaba menos del 60% de los partidos esta temporada. Pues bien, no se ha cumplido este mínimo y varios clubs europeos están intentando beneficiarse de este grave error de planificación deportiva. ¿De quién es responsabilidad que Thiago no haya jugado el 60% de los partidos? Zubizarreta tiene que dar explicaciones.

UN VALOR IMPRESCINDIBLE. Que Thiago se pueda ir del Barça por solo 18 millones sería un pésimo negocio, económico y deportivo. Sería un agravio comparativo. Recordemos por ejemplo que el Chelsea pagó al Internacional de Porto Alegre 32 millones por Oscar, un centrocampista brasileño que no tiene el nivel de la perla de la cantera blaugrana. Y por Lucas Moura, otra promesa brasileña, el París SG pagó 40 millones al Sao Paulo. Si el Barça fijó la cláusula de Mazinho en 90 millones, no puede ser que se vaya por 18. Aquí alguien se ha dormido y el fallo puede costar caro. Manchester, Chelsea y Bayern están a la espera de acontecimientos. Con el morbo añadido que el representante de Thiago es Pere Guardiola, el hermano de Pep, que le acogería con los brazos abiertos en Múnich. Un buen lío el que se puede montar. Afortunadamente, el jugador no está, en principio, por la labor de forzar su marcha y es muy posible que al final se imponga el sentido común y Thiago siga en el Barça si le prometen más continuidad en el juego. Tampoco hay que descartar que le mejoren y alarguen el contrato en una demostración de confianza. Cualquier cosa antes de perder al jugador por una cláusula mal negociada en su día por la dirección técnica. Thiago es un valor de futuro imprescindible para el Barça.