MI VERDAD

La chulería de Cristiano y la modestia de Messi

Josep Maria Casanovas

COMPARACIONES QUE NO SON ODIOSAS. Como futbolistas son comparables. Estamos hablando del Nº 1 del mundo y del número dos. Como personas son incomparables. Mejor aún, diríamos que son la antítesis. Cristiano Ronaldo es la viva imagen de la chulería, de la soberbia, mientras que Leo Messi es el polo opuesto, encarna la modestia, la humildad. Y esto es el reflejo de su formación, de su cultura deportiva. El portugués va de perdonavidas, con unos aires de superioridad que provocan rechazo y que le crea enemigos por doquier. El argentino es parco en palabras, discreto y buen compañero. El pasado sábado se volvió a poner de manifiesto lo que comentamos. Leo fue recibido en el Camp Nou con una pancarta gigante más que merecida: “Ets únic. Sos grande”. Cuando la vio esbozó una sonrisa de satisfacción pero no le dio más importancia, su cabeza estaba pensando en el Athletic de Bilbao. El crack del Madrid tuvo en Pamplona un comportamiento distinto tras marcar un gol desde treinta metros. No se le ocurrió otra celebración que levantarse el pantalón, presumir de muslo y decirle a sus compañeros: “Qué pierna tengo, es un cañón”.

CARA Y CRUZ. Esta forma de ser tiene consecuencias para el equipo. Messi hace piña, es querido por todos, admirado y respetado en el vestuario. Ronaldo come aparte, mira por encima del hombro a los jugadores españoles y les critica a la menor oportunidad haciendo causa común con Mourinho. Si en la cena del rodaje del spot de Nike entre Rafa Nadal y Cristiano llegan a poner micrófonos, el escándalo hubiese sido sonado. No puede ver a Casillas y menos a Sara Carbonero. Desprecia a Xabi Alonso y Sergio Ramos. Acusó a un defensa español -reserva por más señas- de ser el chivato de la prensa. Leo es todo lo contrario, habla lo justo y siempre destaca que su éxito en el Barça es la consecuencia de tener compañeros tan buenos. Nunca se queja, nunca ha montado un lío. Es un caso excepcional, una estrella a quien no se le han subido los humos a la cabeza. En cierta manera el argentino es el reflejo de la forma de ser de Guardiola y el portugués es una fotocopia del ego de Mourinho.

POR LA BOCA MUERE EL PEZ. Una cosa está clara, a estas alturas nadie va a cambiar a Messi ni a Cristiano. Cada uno a su manera está encantado de ser como es, no les ha ido mal en la vida. La diferencia es que mientras uno gana cada día amigos el otro colecciona enemigos. Pasará a la historia de las frases memorables aquellas palabras del portugués intentando justificar por qué le pitan en la mayoría de los estadios: “Me tienen envidia porque soy guapo, rico y bueno”. Una frase así no la puede pronunciar Messi ni harto de vino. Dicho todo esto, hay que reconocer que Cristiano es un grandísimo futbolista que solo tiene un problema, Messi es mejor. Tiene razón cuando se cree más alto, más fuerte y más guapo que Messi. Pero tendría que tener la humildad de reconocer que el talento futbolístico de 'La Pulga' le supera y que la opinión pública no tiene dudas de quién es el Nº 1.