MI VERDAD

El caso Iñaki Urdangarín no para de crecer

Josep Maria Casanovas

UN CASO POLÉMICO. El nombre de Urgandarín está levantando ríos de tinta. Los negocios del Duque de Palma están siendo investigados por la justicia y aunque el sumario es secreto se han filtrado acusaciones muy graves que fomentan los rumores y la polémica. Es una situación desagradable que afecta a un deportista que tiene colgada su camiseta en el Palau Blaugrana. Iñaki tuvo una trayectoria deportiva brillante y ejemplar en el equipo de balonmano del Barça. Ganó seis Copas de Europa, dos Recopas y diez Ligas y se retiró como capitán en el año 2000. En los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 conquistó la medalla de bronce con la selección española y en Sydney, la segunda. Los problemas que ahora tiene Urgandarín se inician con la creación del Instituto Nóos en el 2002, un teoría una entidad sin ánimo de lucro que está acusada de tráfico de influencias y malversación de fondos públicos por sus negocios con las Comunidades de las Islas Baleares y Valencia.

EN MANOS DE LA JUSTICIA. Iñaki Urgandarín está pasando el momento más difícil de su vida. Su nombre sale cada día en los periódicos vinculado a una serie de empresas acusadas de fraude a la administración, prevaricación, falsedad documental y evasión fiscal. Es un escándalo de gran magnitud que afecta a la Casa Real y que está en manos de los Tribunales de Justicia y la Fiscalía Anticorrupción. Vaya por delante que, mientras no se demuestre lo contrario, hay que respetar la presunción de inocencia porque Urgandarín no ha sido llamado a declarar ni tampoco está imputado. De todos modos, las informaciones que se filtran del informe de Hacienda y del auto del juez Castro ordenando la entrada y el registro del Instituto Nóos que presidía el Duque de Palma levantan serias dudas sobre el funcionamiento de una trama de empresas que han movido más de 16 millones de euros.

“DEFENDERÉ MI INOCENCIA”. La situación para Urgandarín es muy complicada ya que la justicia en estos casos suele ser lenta lo que provoca un deterioro notable de su imagen mientras prepara con sus abogados la defensa. El esposo de la Infanta Cristina, que reside con su familia en Washington, donde trabaja como ejecutivo de Telefónica, mantiene un silencio absoluto y solo ha transmitido un comunicado: “Defenderé mi honorabilidad e inocencia.” El gran interrogante en torno a este caso radica ahora en saber si será imputado. A la vista de las acusaciones y denuncias que se vierten sobre varias empresas donde tenía cargos de responsabilidad y gestión, lo normal es que sea llamado a declarar para esclarecer los hechos. Estamos delante de un caso que levanta mucha polvareda y que para el bien de todos se tendría que sentenciar cuanto antes.