MI VERDAD

Carta de amor a un mito viviente

Messi, un jugador crucial en la historia del Barça

Messi, un jugador crucial en la historia del Barça / sport

Josep Maria Casanovas

ELOGIOS MÁS QUE MERECIDOS. De tanto escribir sobre la figura excepcional de Leo Messi tenemos la sensación de que se ha convertido en una leyenda, en un mito viviente. Según la Real Academia de la Lengua, la definición de mito (del griego muthos) es un personaje de carácter divino y heroico capaz de convertirse en un personaje de significación universal. Dicho en otras palabras, un futbolista irrepetible que realiza gestas prodigiosas. El más grande de la historia del Barça, el jugador que ha batido todos los récords, que ha ganado más títulos y que a los 28 años está realizando una temporada excepcional. Todos estos elogios vienen a cuento de su última gesta, marcar el gol número 400 con la camiseta blaugrana. No somos capaces de imaginarnos lo que sería el Barça del siglo XXI sin Messi. Como tampoco queremos pensar lo que pasaría si cayera lesionado cuando su protagonismo en el equipo es vital, único. Y lo más trascendente de esta historia fantástica es que detrás de una figura tan majestuosa, hay una persona normal, un tipo sencillo, un padre de familia que rehúye la popularidad. Un tío que se encierra en su mundo del fútbol y es feliz. Tiene suficiente. Los éxitos no le han convertido en un vanidoso, los millones no han cambiado su vida, pasa de los elogios como si fueran fruta prohibida. La columna de hoy se está convirtiendo en una carta de amor al mejor futbolista que jamás hemos visto.

ESTAMOS ENAMORADOS. Messi se lo merece todo, desde el libro de Sant Jordi que SPORT edita en su honor, a un monumento en el Camp Nou para que su figura quede como un ejemplo para futuras generaciones. Hay que cuidarle y respetarle, mimarle y protegerle. Ha dado tanto al club, que el club merece tener un trato especial con él. Después de un mal año, ha sabido levantarse y volver a ser el Nº 1. Su capacidad de liderazgo esta temporada es descomunal. Se ha echado el equipo a la espalda, ha sabido reinventar su juego, ha hecho crecer a Neymar y ha ayudado a Suárez. Ni celos, ni envidias, ni puñetas. Sabe que lo mejor para el equipo también será lo mejor para él. Celebra igual los goles que las asistencias convencido de que lo realmente importante son los títulos. Ha madurado como persona y ha mejorado como futbolista de equipo. Estamos enamorados de su rendimiento, de su forma de ser, del buen rollo que genera en el equipo. Esta carta de amor no puede terminar de otra manera que agradeciéndole de corazón todo lo que ha hecho y hace por el Barça.