MI VERDAD

No es bueno que Luis Enrique fomente rumores sobre su futuro

Luis Enrique, en una imagen de archivo

Luis Enrique, en una imagen de archivo / sport

Josep Maria Casanovas

POSICIÓN PRIVILEGIADA. Ningún equipo es capaz de mantener el mismo nivel de rendimiento a lo largo de toda una temporada. Hay altibajos inevitables ya que es imposible rendir al máximo durante nueve meses de competición. Sentada esta premisa, coincidirán con nosotros que es mejor pasar la crisis en enero que en abril. El Barça tiene que dar gracias a la derrota de Anoeta porque aquello significó el punto de inflexión del equipo. Por el contrario, Madrid y Bayern viven ahora el momento más complicado ya que se juegan su futuro en la Champions cuando acumulan más problemas. Alguna cosa habrá hecho bien el Barça para llegar donde está mejor que sus más directos rivales. Luis Enrique ha tenido que aguantar muchas críticas pero se ha salido con la suya. Está vivo en las tres competiciones en una posición privilegiada. Las rotaciones le han dado la razón, prueba de ello es que la enfermería blaugrana está vacía y apenas se han registrado lesionados. Un mérito a la buena preparación física, a la dosificación y a los cambios que tan poco gustan a los jugadores. El Camp Nou es una isla de paz comparado con lo que sucede en Múnich. El Bayern de Guardiola está con el agua al cuello y con un problema médico que ha terminado con dimisión y portazo. No le van mucho mejor las cosas a Ancelotti que se juega la Champions frente al Atlético con las importantes bajas de Modric, Bale y Benzema.

LA CONTINUIDAD DE LUIS ENRIQUE. Luis Enrique no tendría que alimentar polémicas que no le benefician. Desde hace unas semanas ha comenzado a correr el rumor de que el entrenador asturiano podría dejar el Barça si gana alguna competición importante. Dicen las malas lenguas que todavía no ha digerido el cese abrupto de su amigo Zubizarreta, que aguanta situaciones en el vestuario que van en contra de su forma de ser y que no está dispuesto a continuar si no cambian unas cuantas cosas. Por dicho motivo la ampliación de su contrato ha quedado aplazada y tampoco acude a las reuniones de la Comisión Deportiva. Cuando le preguntan en cada rueda de prensa en torno a su futuro, responde con evasivas, como si quisiera dejar una puerta abierta: “Analizaremos la temporada cuando se acabe y veamos lo que hemos conseguido”. Es una respuesta extraña y sorprendente si tenemos en cuenta que firmó por dos años y le queda una temporada más de contrato. Con lo fácil que sería responder que tiene contrato en vigor. No es bueno para el club que desde dentro se abra la veda a los rumores.