Bartomeu se debe arrepentir de las elecciones anticipadas

CONVOCATORIA PRECIPITADA. Hay días como hoy que el presidente del Barça se debe levantar de la cama pensando que no fue la mejor decisión de su mandato haber convocado elecciones anticipadas el pasado 7 de enero. A veces un golpe de genio te puede traer más problemas que soluciones. Por aquel entonces el club vivía una situación complicada después de la derrota de Anoeta, el cese abrupto de Zubizarreta y los rumores de la mala relación entre Messi y Luis Enrique. Josep Maria Bartomeu, presionado por sus vicepresidentes, anunció en rueda de prensa el adelanto electoral para final de temporada. El motivo: rebajar la tensión desproporcionada que a su juicio vivía el club. Tres meses y medio después tiene motivos para arrepentirse de aquella decisión tomada en caliente y de forma precipitada. El club vive la mejor situación deportiva en mucho tiempo con el triplete en el punto de mira y la tensión social ha desaparecido con los buenos resultados. A día de hoy a nadie se le ocurriría convocar elecciones anticipadas cuando los resultados deportivos son positivos. Pero ahora no le queda otro camino que cumplir su palabra e ir a las urnas aunque una campaña electoral fuera de plazo nunca es buena para un club de fútbol. Bartomeu se disparó un tiro en el pie y debe acarrear con las consecuencias.

FALLÓ LA ESTRATEGIA. La movida electoral que le espera al presidente no será un camino de rosas ya que el caso Neymar y la sanción de la FIFA son dos cruces difíciles de llevar, aunque con títulos en la mano pesan menos. Los problemas de Bartomeu son heredados. Es víctima de unos errores que ya motivaron la dimisión de Sandro Rosell. De todos modos, por problemas extradeportivos nadie hubiese exigido elecciones anticipadas cuando el equipo jugará la final de Copa, tiene el título de Liga a cinco jornadas y está en semifinales de la Champions. Vista ahora la situación con la perspectiva del tiempo pasado, se puede pensar que Bartomeu se equivocó convocando elecciones anticipadas con tanta antelación. Era una carta que se podía guardar en el bolsillo por si las cosas iban a peor. Pero falló la estrategia porque se pusieron nerviosos cuando solo había motivo para estar preocupados. Afortunadamente, Messi y compañía han demostrado que es el equipo quien da equilibrio al club.