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El Barça le da a Messi lo que no le da Argentina

La selección argentina está siendo un calvario para Messi

La selección argentina está siendo un calvario para Messi / sport

Josep Mª Casanovas

Ver jugar a Messi con el Barça es un espectáculo ya que está rodeado de un gran equipo y puede potenciar todo su talento. Ver jugar a Messi con Argentina produce una gran tristeza ya que es la demostración de que un gran jugador no puede suplantar a un mal equipo. Dicho en otras palabras, el Barça ha sabido hacer un equipazo en torno a un crack excepcional mientras que en Argentina se creen que rodeando a Leo de unos cuantos nombres ya tienen una selección competitiva. Craso error. El fútbol por encima de todo es un juego de equipo, donde las grandes individualidades solo suman si tienen una base sólida para desplegar su juego. 

Messi está viviendo un auténtico trauma cuando se enfunda la camiseta albiceleste. Los argentinos quieren ver al Messi del Barça y esto es imposible con el equipo que presentó Bauza frente a Brasil. Una selección que dio pena, con mentalidad defensiva, poca ambición y con un centro del campo incapaz de crear juego. A partir de aquí, los aficionados argentinos critican a Messi por su bajo rendimiento sin ser conscientes de que lo que falla es la estructura de un equipo donde cada uno va a su aire. Y lo que es más grave, conduce a una dinámica negativa que ha situado al fútbol argentino al borde del abismo. Está difícil coyuntura coincide con la crisis de la AFA (Federación Argentina) y con un seleccionador de bajo nivel en el que no confían los propios jugadores. En medio de este caos Messi es el único que puede aportar luz y soluciones para coger el tren de Rusia 2018. Hoy están fuera de las plazas clasificatorias pero nada está perdido. Messi luchará a muerte para no perderse el último Mundial de su carrera y para ello está dispuesto a sacrificarse aunque le lluevan los palos. La selección argentina es su última asignatura pendiente.

FIFA, UEFA y, ahora, Tebas; demasiados enemigos

El Barça tiene que replantearse seriamente su relación con los máximos estamentos del fútbol. Con la FIFA la relación se envenenó de forma peligrosa a raíz de la sanción impuesta a La Masia. A partir de aquí se rompieron las relaciones con Blatter que acabó cayendo como fruta madura de la corrupción. Con la llegada de Infantino el club debe recuperar poder y equilibrio a nivel internacional. Con la UEFA hay una cuenta pendiente: el caso de las esteladas que ha terminado en el TAS. Un problema menor que se ha convertido en una cuestión de estado. Desde Barcelona se ve con unos ojos y desde Suiza con otros muy distintos. El TAS es un tribunal que hasta la fecha siempre ha sido esquivo con el Barça. Recuerden los casos de La Masia y Luis Suárez. Ahora estamos pendientes de una resolución ante la que no somos optimistas. Hay un tercer caso a nivel nacional que se tendría que solucionar antes de que se complique. No es bueno tener tantos enemigos. El Barça ha salido en defensa de sus jugadores criticando el comportamiento de Javier Tebas como presidente de la LFP. El líder de la patronal de los clubs se equivocó gravemente criticando el comportamiento de Messi y compañía en Valencia. Ahora se niega a rectificar, a pedir perdón, bajo el argumento de que no es un hipócrita. Mal asunto. A Tebas le traiciona el subconsciente, le quema la lengua y el Barça se ha ganado un poderoso enemigo.