MI PARTIDO

Atraco frustrado: 10 ganaron a 11+1

Josep Maria Casanovas

UN ARBITRAJE DE ESCÁNDALO. El señor de negro vino a protagonizar un atraco en el Camp Nou y el tiro le salió por la culata. Se comió tres penaltis y expulsó injustamente a Piqué. Fue lamentable. Velasco Carballo, más que un juez, fue un enemigo. Hay que decirlo de entrada y bien fuerte, el Barça le pudo al árbitro y al Sporting. Diez jugadores ganaron a once más uno. Así de claro. Iniesta se vistió de Messi y capitaneó una reacción que dice mucho a favor del equipo de Guardiola. Cada partido parece una final, juegan al límite y nunca bajan la guardia. El autobús de Clemente bloqueó al Barça hasta que Keita se inventó un gol fantástico que se celebró con una piña blaugrana monumental. Quieren y pueden ganar todavía esta Liga, aunque por lo visto los árbitros no se lo pondrán fácil. El meritorio triunfo de anoche refuerza la moral del equipo y la ilusión de los aficionados.

NO NOS CALLARÁ NADIE.

Ya sabemos que la consigna en Can Barça es no hablar de los árbitros, como mucho insinuaciones o metáforas. Es una postura respetable que algunos árbitros no se merecen. Tanta diplomacia parece una debilidad más que una táctica. Aquí en SPORT no nos callará nadie. Contamos lo que vemos y decimos lo que pensamos. Al Barça le siguen negando los penaltis. Velasco Carballo pasará vergüenza cuando vea lo que no pitó. Por cierto, es el mismo árbitro que no señaló dos penaltis a Messi en Valencia. Si el Barça hubiese empatado, esto podría sonar a excusa. Pero como ganaron por corazón y coraje, hay que meter el dedo en la llaga, hay que insistir en lo que parece una campaña para que el Barça quede descolgado de la lucha por el título. Un partido que parecía encarrilado se complicó más de la cuenta por la táctica defensiva de Clemente que, con la ayuda de una expulsión injusta, tuvo al Barça media hora contra las cuerdas.

EXPULSIÓN PREMEDITADA. El día que Messi tuvo que ver el partido desde la grada, Iniesta se echó el equipo a la espalda y cuando más se cerraba el Sporting más importante fue su aportación. Guardiola se calentó en el campo protestando con razón varias decisiones del colegiado hasta el punto de que fue amonestado. Los pañuelos volvieron a aparecer en el Camp Nou. Luego, en la sala de prensa, el técnico se volvió a morder la lengua como si estuviera prohibido hablar de los árbitros. Piqué fue más sincero y no pudo contenerse cuando dijo que su expulsión fue premeditada. Quien de verdad merecía una tarjeta roja fue Velasco Carballo, pero que nadie la espere, en Madrid seguro que gustó su actuación.