MI VERDAD

Ancelotti se jugará la cabeza en el Camp Nou

Ancelotti tiene su futuro complicado en el Real Madrid

Ancelotti tiene su futuro complicado en el Real Madrid / sport

Josep Maria Casanovas

ENAZA DE CESE. El Madrid es una bomba de relojería a punto de explotar. Se desmorona como un castillo de naipes. Encadena tres partidos consecutivos sin ganar, lo que provoca que se disparen todas las alarmas. Florentino Pérez está al borde de un ataque de nervios. Motivos no le faltan. Se han torcido las cosas en el Bernabéu y Ancelotti parece incapaz de recuperar el rumbo. El martes estuvieron cerca del fracaso, el modesto Schalke puso en peligro su continuidad en la Champions. A partir de tan estrepitoso descalabro, puede pasar de todo. La famosa BBC está en la picota. El equipo necesita urgentemente un golpe de timón, un revulsivo, un cambio. El presidente blanco, si hiciera caso a los asesores, cesaría hoy mismo al técnico italiano y daría el poder a la mano de Hierro. No se atreve a darle un cargo de tanta responsabilidad en un momento tan crítico a un novato como Zidane. Pero ha decidido no mover pieza de momento, prefiere cargarse de razones, agotar la paciencia y esperar al duelo del Camp Nou. Allí se juega Ancelotti la cabeza. La ventaja del Barça es que los blancos pueden llegar tan tocados a esta cita clave que salgan hundidos de su visita al campo del líder. Ancelotti es demasiado amigo de los jugadores, le falta carácter y genio para poner firme al vestuario, le ven más como a un papá que como a un jefe, es un entrenador caduco. Tuvo la suerte de ganar la Décima gracias a Sergio Ramos y vive de rentas. Es triste decirlo, pero es la realidad, las buenas personas es difícil que sean buenos entrenadores.

A GOLPE DE CRACKS Y TALONARIO. El madridismo sigue en estado de shock. La pesadilla vivida ante los alemanes deja a Ancelotti contra las cuerdas. Su cara de pánico en la banda reflejaba impotencia. Sus declaraciones entonando el mea culpa fueron patéticas. Pitos, pañuelos y gritos de “¡fuera, fuera!” reflejan el cabreo de una afición que se siente traicionada y engañada. Casillas y Bale tienen todos los números para pagar los platos rotos. El portero ha comenzado el declive de su brillante carrera. El escocés, con su bajo rendimiento, confirma que fue un error su fichaje por 100 millones. El problema del Madrid viene de las alturas. Sin director deportivo y fichando los cromos que le gustan al presidente, ha querido hacer un equipo a golpe de cracks y de talonario. Y esto no funciona. Las individualidades pueden ganar partidos, pero no títulos. El Madrid no juega como un equipo, juega una banda de amigos y no muy bien avenidos por cierto.