MI VERDAD

100% de acuerdo con la valentía de Martino

Josep Maria Casanovas

 LA TÁCTICA DEL SENTIDO COMÚN. Vaya por delante que el entrenador del Barça me cae bien porque es un tipo normal que no va de genio por la vida. El Tata Martino conoce el negocio del fútbol, aplica el sentido común como táctica de supervivencia, conecta bien con los jugadores, no vende humo de colores y tampoco se deja influenciar por el último que escucha. En esta fase de aterrizaje está descubriendo sobre la marcha la grandeza del entorno barcelonista por lo que conviene valorar su valentía de decir lo que piensa. Quizás no sea tan listo como Pep ni tan maquiavélico como Mourinho, pero tiene personalidad suficiente para manejar un equipo como el Barça que ha vivido unos años en la excelencia y que ahora trabaja por sobrevivir entre la élite. Dicho esto con el mejor ánimo, no demos más importancia de la que tienen a los entrenadores. Los partidos no se deciden en la pizarra sino en el campo. Son los jugadores los que ganan y pierden. La figura del técnico es importante como ideólogo y líder del vestuario, pero su papel en el banquillo queda en manos de la inspiración de los futbolistas. Eso de tener que protagonizar cada semana una o dos ruedas de prensa, es un compromiso para cualquier entrenador si quiere ir más allá de los tópicos. En vísperas del partido contra el Betis, Martino hizo un análisis sereno de la realidad que compartimos al cien por cien.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS. “Con los jugadores que tiene, el Barça no se puede permitir el lujo de ganar jugando mal”. Es toda una declaración de principios. Un mensaje para jugadores, navegantes e intoxicadores. La confirmación de que comienza a entender lo que es el Barça, donde el nivel de exigencia siempre es máximo. Pero el Tata dijo más en tono sereno y conciliador: “La autocrítica es buena, estamos en una fase de juego aceptable y tenemos margen de mejora”. Traducido al lenguaje futbolero de barra de bar vino a decir que sabemos dónde estamos pero el rendimiento actual no es suficiente para ganar títulos. Es el problema de venir del cielo, de la gloria, de temporadas históricas en las que se ganaron seis títulos. Cuando has vivido en la excelencia, todo lo demás te parece poco aunque comparado con lo que ganan otros todavía sea mucho. Martino ya no habla de crisis virtuales ni se cuestiona lo que no toca. En la sala de prensa no se ganan los partidos.