A GOLPE DE AVE

Carta abierta a Iker Casillas

José Antonio Abellán

Querido Iker, querido paisano. Mi querido amigo: Tras todo lo acontecido en las últimas horas, no puedo contener las ganas de escribirte esta carta desde el corazón y desde el profundo respeto y admiración que te tengo.

Y quiero hacerlo no solo porque has sido el mejor portero del mundo durante más años que nadie sino porque llevas nueve años en el ojo del huracán, aguantando las embestidas de los rastreros. De esos que tienen muchos amos y ninguna ética profesional. Y ya vale.

Todo empezó a principios de 2005, ¿recuerdas? Un año al que llegaste con un contrato ampliado, que no renovado, hasta 2006 pero en el que tus gestas deportivas se contaban por decenas. Gestas que te habían convertido no solo en el mejor portero del mundo sino que, por tu forma de ser, ya eras el yerno que todos querían tener y en el amigo ideal con el que irse de cañas.

Es costumbre en España, desde hace tiempo, que a los cracks del fútbol se ‘les renueve’ contrato, aunque le queden varios años en vigor. Basta con que tengan un buen partido o su agente filtre interés de otro equipo. Es un juego aceptado por todos. Por solo citar dos casos y de diferentes equipos, Roberto Carlos y Ronaldinho llegaron a renovar hasta 9 veces su contrato en un periodo de cuatro años. Y, como era algo habitual, ‘El Poder’ del Real Madrid te quiso ofrecer una de esas renovaciones. Sabía, de verdad, que muchos equipos te rondaban y que, a pesar de los galácticos, eras tú, y solo tú, el icono de la entidad. El presente y el futuro blanco. Pero, sorpresa, tú te negaste en distintas ocasiones a escuchar esas ofertas de renovación con una excusa: “Los contratos son para cumplirlos”. Tu idea era acabar un contrato y negociar el siguiente. 

Sé, a ciencia cierta, que en tu decisión no había ni maldad ni dobleces, solo la rectitud castellana del nieto de Mariano y Nicasia. Pero tu negativa fue el punto cero de tu calvario. Florentino y los suyos, siempre retorcidos y conspiranóicos, no entendieron tu manera de actuar y pensaban que había fantasmas ocultos. 

Es verdad que alguna declaración tuya ayudó a ello, como aquella en la que dijiste que “las posibilidades de renovar con el Real Madrid son solo del 60%”, que revolucionó a las 1.863 peñas del Madrid. Pero, al final, renovaste hasta 2011. Horas después te entreviste y dijiste cosas como: “Estoy ante uno de los días más felices de mi vida”, “Nunca he pensado en otro club. Mi idea siempre fue quedarme aquí, no escuché otras ofertas”.

Pero, en ese momento, el ‘establishment’ madridista decidió utilizar todos sus recursos para amargarte la vida, costara lo que costara. Tenías que pagar con lágrimas tu altanería. Habías quedado por encima de ellos en rectitud y elegancia y no te lo perdonarían nunca. Y empezaron a intoxicar. A mí mismo me dijeron:

“El gran fallo que hemos tenido ha sido renovar a Casillas…. No es portero para el Madrid, ha sido una gran estafa, junto con Raúl las dos grandes estafas del Real Madrid”.

“Iker es un monigote… Es muy infantil, traga con todo”.

“Iker es bajito, muy malo y encima tiene problemas de vista”.

“Nunca le ha gustado el fútbol, no tiene ninguna ilusión”.

Y airearon torticeramente tus temas familiares y pusieron contra ti a nuevos compañeros y a entrenadores y te echaron encima la rastrera fama de ‘chivato’ cuando, como mucho, lo que fuiste es algo descuidado con algún periodista de los que crees amigos tuyos.

Mucha mierda, amigo. Tanta que no cabe en esta columna. Y más te echarán ahora. Imagínate. Si todo esto lo hicieron estando en la cima del mundo, qué no harán ahora que estás débil deportiva y mentalmente.

Querido Iker, algunos de los que escriben y hablan contra ti son amorales y ‘pesebreros’. Y están pagados para intentar humillarte. Es su oficio. Cuídate, porque lo de la temporada pasada no va ser nada comparado con la próxima.

Yo que tú, les daría la paz. Me retiraría de la Selección, donde pasaran siglos hasta que alguien iguale tus números, y abandonaría el Real Madrid, donde eres la gran bandera de 112 años de su historia. Y me iría a disfrutar de la vida. Estados Unidos sería un sitio ideal. Aprende a disfrutar de tu familia. De toda. Sé libre. No les des el placer y la recompensa a los que están esperando machacarte por 30 monedas de plata.

Un abrazo y ya sabes dónde tienes tu casa.