LA COLA DE VACA

Jugar para no olvidar

Messi celebró su victoria 250 en Liga con el FC Barcelona en el Campo del Levante

Messi celebró su victoria 250 en Liga con el FC Barcelona en el Campo del Levante / sport

jordi jacas

“No hay que jugar para ganar sino para que no te olviden”. Sócrates de Souza era más que un futbolista. Nació en el seno de en un familia apasionada por la literatura que tuvo dos futbolistas que nunca olvidaremos: él y su hermano. A los 20 años debutó en el campeonato Paulista y cuatro años después fichó por el club de su vida, el Corinthians. Un año antes, con solo 23, siendo ya un internacional, se doctoró en Medicina. 

Apodado El Doctor, por formación y clase, era un jugador políticamente comprometido con los valores de la izquierda, la democracia y las clases populares. Sócrates fue uno de los impulsores del mayor movimiento ideológico de la historia moderna del fútbol, la ‘Democracia Corinthiana’, un sistema de autogestión del club en base al voto igualitario de sus trabajadores mediante el que se tomaban todas las decisiones de la entidad. Una de estas fue llevar “publicidad” en la camiseta, eso sí, reservada a mensajes políticos y demandas democráticas. Brasil era aun una Dictadura Militar. Sócrates, futbolista necesario y persona inolvidable, murió en 2011 por culpa de un filete de ternera en mal estado.

El Doctor nunca jugó en el Llevant pero podría haberlo hecho, al igual que en el Rayo Vallecano, el Olympiakos o el Boca Juniors, todos ellos equipos de barrio que representan unos valores populares. El hoy Llevant UE fue fundado por un maestro progresista en el marinero barrio de El Cabanyal, barrio de marcada identidad y cocina propia. Una cocina marinera a base de los pescados que los hombres de mar no podían vender y se llevaban a casa. Pescados espinosos, de mal trabajar pero de gran sabor que el gran público no quería. Lachas, ratas, palometas o arañas, aún difíciles de encontrar en las pescaderías, cocidos o guisados con verduras y hortalizas de la huerta valenciana definen una de las características “sine qua non” para que una comunidad sea considerada singular: la gastronomía. 

Tiene guasa que de su rico corpus gastronómico el plato más popular e internacional de el Ca-banyal sea de carne: el ‘Pepito’, un bocadillo que vio la luz cuando el hijo de un tabernero se le ocurrió poner entre pan lo que años más tarde acabó con la vida de El Doctor. El jugo que desprendió el filete de ternera suavizó el rudo pan de la salada barriada y los clientes de la taberna empezaron a pedir, adivinen, el bocadillo de Pepito, el hijo. El Llevant nació aquí. Entre humildes familias de pescadores, marineros ingleses y guisos olvidados. Es un club con alma y raíces, que nunca olvidará que también juega por un barrio que bien podría ser el de Sócrates da Souza y su hermano menor, Raí, ese 10 del Sao Paulo que toda una generación de culés tampoco olvidaremos jamás.