LA OPINIÓN

Una declaración de guerra que hará mucho daño

Joan Vehils

MAL MOMENTO. Ayer recibí varias llamadas sobre las declaraciones de Guardiola. Habla de filtraciones, me dice uno, pero¿ ¿Qué quiere decir con eso Pep? ¿Es verdad que Pep quiso birlarnos a Neymar?, me comenta otro. Es la guerra, Joan, es una declaración de guerra, me escribe en un washapp, el tercero... Lo cierto es que las palabras de Guardiola perjudican al barcelonismo, al Bayern y al propio Pep. Puede que tenga sus motivos, que sea cierto todo lo que cuenta, que esas filtraciones sean malintencionadas o que Rosell no pueda ni verle. Puede, incluso, que tenga toda la razón del mundo y que esta noche haya dormido tranquilo pero las consecuencias son incalculables. Si su intención era la de crear más división, que no lo creo, ha logrado su objetivo, y si lo que quería era defender su honra se ha equivocado en el momento y en la forma. Todo lo preparó el día antes con su entorno más próximo, desde la pregunta en catalán a la contundente respuesta que lo engloba todo. Pep es así: Un perfeccionista. Sin embargo, en esta ocasión, alguien debió advertirle de la magnitud de sus palabras. Mis amigos no entienden nada. No entienden la reacción de Pep porque nunca han leído una declaración pública de Rosell y su directiva en su contra. Eso no quiere decir que en petit comité algunos le pongan a parir sin ser conscientes de que al final todo se sabe. Pero lo peor de todo es que en Madrid se frotan las manos. Una vez más, el daño irreparable se lo están haciendo entre los propios culés. Una pena. La división aumenta y en Alemana flipan...