Un partido de fútbol y un equipo supermotivado

Una final importante. El Barça y el Athletic se juegan ante todo un título importante. La Copa del Rey es un torneo fantástico que haría feliz a cualquiera de las dos aficiones. Los vascos porque hace treinta y un años que no lo logran y los azulgranas porque es un paso obligado para poder conquistar el soñado triplete. Dicho esto, les comentaré que no me gusta que se silbe a los himnos. Ni el de España ni el de Francia ni tampoco, claro, el de Catalunya. Ninguno. Con los símbolos debe mantenerse respeto y educación. Hay otras maneras de mostrar sentimientos y rechazos. Por tanto, hoy, lo más importante es que los culés que asistan al Camp Nou animen al máximo al Barça y los jugadores rindan como lo vienen haciendo durante toda la temporada. Si lo hacen así y no hay ningún imprevisto, los azulgranas deberían ganar la Copa aunque todo se puede ir al traste si alguien se relaja. 

Un equipo motivado. Luis Enrique no hará cambios en el equipo ni en el método utilizado durante toda la temporada. Los jugadores han dormido en sus domicilios y dos horas antes del partido acudirán al Camp Nou. Todo igual pero con una notable diferencia. Cuentan desde el vestuario que el equipo está más motivado que nunca, que saben de la importancia del encuentro y que quieren hacer historia. Si es así, que no hay por qué dudarlo, los culés se divertirán. Con el tridente asegurado solo hace falta que el árbitro dé comienzo al partido para empezar a disfrutar.