La opinión

Las caras de Guardiola y Vilanova

Joan Vehils

¿Concentrados? No me gustó la cara que Pep y Tito mostraron ayer en el banquillo. Es cierto que se trata de dos grandes profesionales y que, para ellos, no hay encuentros intrascendentes. Es cierto, también, que ninguno de los dos suele mostrar su vertiente más divertida mientras juega el Barça. Sin embargo, ayer, por no jugarse, no se jugaban ni el prestigio. El único que podía estar algo inquieto por marcar o no marcar era Messi. Para el resto era un puro trámite. Así que no me gustó que Pep y Tito no intimaran más. Que apenas comentaran las jugadas o que el actual entrenador no fuera más cariñoso con su amigo y sucesor. Igual son elucubraciones mías pero si el club está realizando una transición impecable, los dos técnicos están obligados a escenificarla. El sábado, en el último partido en el Camp Nou y el 25 de mayo, en la final de Copa tienen dos nuevas oportunidades de demostrar que coinciden con todo el barcelonismo en que las cosas se han hecho de manera impecable. No tengo ninguna duda que Guardiola, cuidadoso en las formas, frío, calculador y conocedor de la importancia del momento hará el gesto. A Pep solo le falta mostrar con un gesto público que avala a su buen amigo Tito. Sería bonito terminar la temporada con la victoria en la Copa del Rey pero más bonito aún sería que el año acabara con la imagen de un sentido abrazo entre Guardiola y Vilanova.