De la humillación del Bayern a tener opciones al triplete

Algo se habrá hecho bien. Hace justo ahora dos años, al término de las semifinales que el Barça acababa de perder en el Camp Nou de manera humillante frente al Bayern –siete a cero fue el resultado final– Piqué, en directo, pidió ante los micrófonos de televisión que se tomaran decisiones. No señaló a nadie pero dio a entender que se había terminado un ciclo y que se necesitaban nuevos fichajes para volver a ser competitivos. Pues algo se habrá hecho bien porque, dos años después, el equipo está de nuevo en semifinales de la Champions, es líder en la Liga y disputará la final de la Copa del Rey. El máximo responsable de todos los cambios, fichajes y bajas, fue Zubizarreta o así nos lo han hecho saber siempre desde el club. Por tanto, errores puntuales al margen, hay que reconocerle su trabajo. Zubi confiaba en este equipo; Zubi aseguraba, en privado, que cuando Iniesta, Piqué, Busquets y el tridente estuvieran en forma, el equipo sería de los más competitivos de Europa y Zubi creía que la plantilla estaba compensada. Ahora, vistos los resultados, algunos, pocos, empiezan a reconocer su trabajo. A estas alturas, tener serias opciones de lograr el triplete es un verdadero éxito. Es verdad que en esto del fútbol, del éxito al fracaso hay una línea muy fina pero esta temporada el Barça ha demostrado que vuelve a estar entre los grandes de Europa. Quizá cuando la temporada acabe, alguien del club, además de Luis Enrique, debería acordarse de Zubizarreta. Es más, se gane o se pierda, Zubi hizo un buen trabajo. A las pruebas me remito.