DESPERTA FERRO

El Barça pierde un aliado impagable

Joan Pi

EL ADIÓS DE MOURINHO al Real Madrid promete todavía capítulos de interés. El rencor hacia sus antagonistas no mengua. Al contrario, crece al mismo ritmo que su contrastada voracidad por construir polémicas. Mou ya se despachó con Pepe, Iker o Cristiano Ronaldo. Pero se guarda alguna carga de profundidad. Tampoco le gustó que Florentino lo presentara como un niñato incapaz de soportar la presión, pues le dio trato de fracasado. Pero al presidente no volverá a contestarle en los medios. Le piensa devolver el golpe en otro terreno. Su objetivo es arrebatarle al Madrid su faro y vestir de azul a Xabi Alonso. Así como torpedear los posibles fichajes blancos. Está en ello.

Pero la peor venganza de Mou se encuentra instalada en el corazón del madridismo. La división que ha creado es el verdadero monstruo que deja en herencia este vulgar entrenador que un día se creyó divino. Su despedida del Bernabéu fue paradigmática. La reprobación ganó. Enfrente sus pretorianos, los ultras, siguieron aclamando al césar entre insultos y amenazas al resto. El enfrentamiento entre mourinhistas y madridistas está activado. Qué decir de la prensa, donde ha habido, incluso, agresiones físicas.

Y mientras, Florentino haciéndose trampas al solitario, balbuceando que el Madrid está donde le corresponde. Pues vale. En el Barça están encantados con tal situación, aunque tristes por la marcha de Mou. Ha sido un aliado impagable.