Tratando a Neymar como un padre

Sin elogios. Son ya varias las declaraciones de Luis Enrique sobre Neymar que llaman la atención. Aquello de “yo no me fijo solo en los goles, para valorarlo tengo que ver otra vez el partido”, después de que el brasileño marcara los dos goles con los que el Barça derrotó al Athletic en el Camp Nou fue contundente, pero más lo fue porque a renglón seguido el entrenador dedicó el elogio de turno a Messi. Pues bien, ayer más de lo mismo: “¿Su aportación en el futuro? Eso solo lo sabe el Santísimo creador”. Y el consabido caramelo para Leo.

Sorprendente, significativo y todo lo que ustedes quieran, pero por las informaciones que tengo, he llegado a la conclusión de que Luis Enrique está actuando con Neymar como un padre con su hijo. Al entrenador hay cosas de la vida personal de Ney que no le gustan. Esas fotos en las redes sociales, aquel calentamiento en Villarreal firmando autógrafos, esa exageración de una lesión en el campo del Levante que precipitó el cambio... Sabido es que el técnico azulgrana tiene auténtico repelús a la prensa, a los tics mediáticos y a las salidas de tono, que sobre todo en Brasil están a la orden del día. En eso, Lucho y Ney están en las antípodas. Así que el entrenador, que quiere al chico como persona y le valora extraordinariamente como futbolista, le exige al máximo para que no se salga del carril que le ha de llevar al estrellato.

La vida está llena de ejemplos en los que  los padres son más duros con los hijos que con los demás. El trato exigente, el control sobre su formación, la frialdad en ciertos momentos para conseguir una reacción positiva forman parte de la responsabilidad paterna. Para mí, que Luis Enrique está en esas. Ya dijo que el elogio debilita y con Neymar lo lleva hasta las últimas consecuencias. Si el brasileño lo entiende, un día se lo agradecerá.