ESTO ES LO QUE HAY

Sobre Henry, Ibra y Suárez

Thierry Henry durante un partido de los New York Red Bulls

Thierry Henry durante un partido de los New York Red Bulls / sport

Joan Mª Batlle

Recuerdo perfectamente que cuando Thierry Henry, que ayer hizo oficial su retirada del fútbol, llegó al Barça estaba de moda la película ‘Los Cuatro Fantásticos’ y que así bautizamos la línea atacante que iba a formar con Messi, Eto’o y Ronaldinho. Rijkaard, al que ya se le estaba yendo el vestuario de las manos, juraba en hebreo cada vez que leía o escuchaba eso de los cuatro fantásticos, pero si no funcionó no fue por la frase de la prensa, sino por el final de Ronaldinho, el pasotismo del entrenador, los mil líos de faldas y el teletexto de Txiki. Todo estalló por los aires y Henry, sin ser el peor, acabó con 19 goles y ningún título.

Todo cambió con Guardiola. Se fue Ronaldinho y los cuatro fantásticos se convirtieron en tridente. ¿Les suena? Tampoco le gustaba a Pep, pero desde entonces no paramos de hablar e ilusionarnos con los tridentes. Messi-Eto’o-Henry... ¡Maravilloso! Lo ganaron todo y el francés firmó 26 goles. Su gran mérito fue que supo reinventarse como extremo, primero porque Eto’o era el nueve, nueve, y luego porque Messi empezó a ser medio nueve.

El tercer año, nuevo cambio de tridente. Se va Eto’o y llega Ibrahimovich. El sueco no fue tan humilde como Henry, no entendió que jugar junto a Messi era un privilegio que exigía un mínimo sacrificio y solo duró un año. Si con un ‘9’ ya era difícil, imagínense con dos, así que Henry empezó a sobrar y Pedro encajó mejor en la banda. Solo hizo cuatro goles. Fue el final.

Como ven, de tres años uno excelente, uno regular y uno malo. Y sin embargo, Henry dejó un gran recuerdo en el Camp Nou. La afición valoró su generosidad y compromiso con el sistema. A los 30 años y siendo estrella, no es fácil pensar más en el equipo que en uno mismo.

Ahora tenemos otro tridente. Buenísimo. Messi-Suárez-Neymar, aunque el orden sobre el terreno de juego no tiene por qué ser este. De hecho, no lo es. Suárez es el Henry y el Ibra de años atrás que tiene que adaptarse, llegar desde la banda, buscar su oportunidad a través de la movilidad... Si Henry fue el primer crack en reinventarse, ahora le toca a Luis. Si se fija en el francés, triunfará; si se mira en el sueco, se equivocará. No hay más.