La Roja ya no es lo que era

Una amalgama. España se ha clasificado para la Eurocopa pero su realidad, por juego y entorno, es muy distinta de la que gozó en los cuatro años en los que ganó Eurocopas y un Mundial. Para empezar, entonces no se pitaba a a nadie. El que vestía la camiseta roja era un futbolista querido por todos los aficionados españoles, fueran cuales fueran sus colores o ideologías. Es una lástima, pero la selección se ha radicalizado. Seguramente es un reflejo de lo que sucede en la sociedad, donde la rivalidad entre el Barça y el Madrid ha alcanzado límites peligrosos. Y no digamos ya la crispación política...

Pues bien, Piqué es la diana de todas estas pasiones. Ayer le volvieron a pitar cada vez que tocaba la pelota. Y esto es inadmisible. Me da igual que sea por culé o por catalán, que seguramente será por las dos cosas. Ayer Piqué jugó en el mismo equipo que Casillas, Juanfran, Bartra, Busquets, Alba, Silva, Cazorla, Cesc, Pedro, Morata, Mata, Alcácer y Nolito. Por cierto, junto a tres barcelonistas más, lo que da que pensar que en su caso pesan más otras consideraciones... 

Feo, todo muy feo. Y aunque a Piqué parece que le resbalen los pitos, ha de ser muy duro sentirse rechazado por la afición. Y todo este ruido ha de afectar al equipo, a su preparación, a su convivencia. Ayer no estaba Ramos, pero ya me dirán cómo ha de mirar Gerard a Sergio en cuanto vuelvan a verse las caras. 

Y luego está el fútbol. Sin Xavi hay menos tiqui-taca. Y sin Iniesta, olvídense de él. Del Bosque busca y rebusca. Cesc, Cazorla, Silva... pero no es lo mismo. El bloque del Barça se ha quedado en cuatro jugadores. El del Madrid se limita a Ramos, mientras una mayoría, sí mayoría, juegan en Inglaterra, Italia, Alemania, Portugal... Tanta amalgama futbolística y sociológica divide. La Roja ya no es lo que era.