Esto es lo que hay

El que ha perdido el único título sigue ahí, tan pancho

Rafa Benítez solo ha durado 7 meses al frente del Real Madrid

Rafa Benítez solo ha durado 7 meses al frente del Real Madrid / sport

Joan Maria Batlle

Lo de Benítez no podía salir bien de ninguna manera, era imposible. Y no porque el técnico no esté preparado para dirigir al equipo blanco, sino porque su forma de ver el fútbol no es precisamente la que quiere Florentino para su Madrid. Benítez no ha engañado a nadie. A él le gusta el fútbol control, abrigarse en defensa más que destaparse en ataque, el resultado más que el espectáculo. Y después de tantos años de dominio del Barça y de tantas lecciones de fútbol como los blaugrana le han dado, el presidente quería las dos cosas: resultados y espectáculo. Imposible con Benítez y esto lo sabían hasta los niños de teta. Así que el error fue su contratación. Lo pagará caro, tres años por siete meses. Pero esto a Florentino le da igual.

EL PROBLEMA  La cuestión es que Benítez hace tiempo que estaba sentenciado. Desde el 0-4 que le metió el Barça y desde que algunos pesos pesados del vestuario le hicieron ver al presidente que con este entrenador jugar a fútbol, lo que se dice a fútbol, poco iban a jugar. Florentino ha esperado un tiempo a que se produjera algún milagro que le permitiera salvar, no ya a Rafa, sino su decisión de contratarle y más después de la frase lapidaria que pronunció hace dos semanas: “Benítez no es el problema, es la solución”... ¡Toma ya! Y es que a todo eso, el cese de Benítez se produce después del ridículo más grande que ha hecho el Madrid en la historia: la alineación indebida de Cheryshev que le ha costado la eliminación en la Copa. Benítez no ha perdido este título, pero el que lo ha perdido sigue ahí, tan pancho. El presidente tenía razón en la primera parte del axioma: Benítez no es el problema (el problema es el que le fichó y el que ha perdido la Copa), pero fallaba en la segunda: Benítez no era la solución. Como no lo será Zidane si lo único que hace es sentarse en el banquillo. La solución es cambiar al responsable de todo el desaguisado. Y no hace falta “desir” más, como diría uno al que ya cortaron la cabeza...