ESTO ES LO QUE HAY

La penúltima guardiolada

Joan Mª Batlle

CON UN PAR. Fue hace tres años, justo por las mismas fechas de ahora en las que también había una final de Copa Barça-Madrid de por medio. Antes de la cita por el título en Mestalla (otra coincidencia), el Barça acudía al Bernabéu para finiquitar una Liga en la que llevaba cómoda ventaja. Se especulaba mucho con la alineación de la final y, sin embargo, Guardiola dio la campanada en la Liga con Puyol, que llevaba tres meses lesionado. Fue una bomba que pilló con el pie cambiado a Mourinho y funcionó de maravilla.

Tres años después, hoy, el Barça atraviesa por una situación desesperada en el centro de la defensa. Ayer mismo, los médicos descartaban a Piqué, crecía la preocupación por Bartra y después del desbarajuste de Granada, daba miedo pensar en colocar, o mejor descolocar, a Busquets. ¡Y ya no les digo nada pensar en Song! Así que alguien se acordó de Puyol, que está ahí, trabajando cada día como un loco para poder ser útil todavía al equipo de su vida. La opción Puyol, qué duda cabe, está avalada por los pesos pesados del vestuario, aquellos que vivieron la penúltima guardiolada y, sobre todo, saben del valor de Puyol sobre un terreno de juego.

No me parece mal la idea de recurrir al espíritu de Puyol. A grandes males, grandes remedios. Y si lo que el equipo necesita ahora es un golpe de efecto, o si lo prefieren, echarle huevos, no hay mayor efecto, ni mayores huevos, que Puyol. Para un partido dará el 300 por ciento de sus posibilidades. Y más en un partido como este, que muy posiblemente sería el último que jugaría con la camiseta blaugrana. Tácticamente, prefiero a Puyol que cambiar a Busquets de sitio o tirar de un no central para jugar junto a otro no central. Y psicológicamente, no hay duda. Es necesario un líder en el campo que recuerde a sus compañero lo de echarle huevos... así de claro.