ESTO ES LO QUE HAY

Messi, Suárez y los goles de despacho

Messi y Suárez sufren la política del fútbol en los despachos

Messi y Suárez sufren la política del fútbol en los despachos / sport

Joan Maria Batlle

OTRO CAMBIO DE CICLO. No es normal que el presidente de la FIFA, por mucho que chochee ya míster Blatter, suelte tres meses después del Mundial que fue incorrecto darle el Balón de Oro de Brasil 2014 a Messi. Y no lo es porque aunque así fuera, la FIFA, como todo el fútbol, le debe muchísimo a Leo Messi como para hacerle este feo gratuito. Tampoco es normal que el Bota de Oro del año no aparezca en la primera lista de veintitrés nominados al Balón de Oro. Está claro que es un castigo añadido a Luis Suárez por el mordisco a Chiellini en el Mundial. Pero, aun así, el agravio es claro respecto a un caso igualmente grave, como el del cabezazo de Zidane a Materazzi en la final del Mundial del 2006, pero el francés del Madrid, que se retiraba, sí optó al Balón de Oro y quedó finalmente quinto.

O sea, que aquí pasa algo raro. Está, además, la prohibición de fichar y, ya en un plano más local, la vergonzosa gala de la LFP en la que el Madrid se llevó todos los premios para escarnio del Atlético, que fue campeón de Liga, pero también del Barça, que fue segundo por delante de los blancos.

Son demasiadas cosas como para pensar que ocurren por casualidad. En esto del fútbol hay muy pocas casualidades y, desde luego, no hay ninguna entre las que ocurren fuera de los terrenos de juego. El poder de los despachos es infinito y, ¡oh, casualidad!, está demostrado que cuando un equipo está bien relacionado gana más partidos que cuando no lo está.

Se trata de los famosos goles de despacho, que existen y valen muchos puntos. Y el Barça, señores, no tiene ahora ningún pichichi de traje y corbata. Ni siquiera un delantero apañadito. Esta directiva ha perdido el punch que tenía la de Laporta y la de Núñez. También aquí ha habido cambio de ciclo. Florentino Pérez se ha movido y controla los despachos. Y eso quiere decir árbitros y favores varios. Bartomeu debe reaccionar.