ESTO ES LO QUE HAY

Messi y los demás goleadores

Leo Messi

Leo Messi, de récord en récord / sport

Joan Mª Batlle

Por calidad. Cuando Messi debutó con el Barça nadie podía pensar que se convertiría en un consumado goleador, tanto que llegaría a superar a Telmo Zarra, un mito del Athletic y de la selección de la postguerra que los niños de los años sesenta idolatrábamos sin haberlo visto jugar de tantas maravillas que de él hablaban nuestros mayores. Por lo visto, Zarra tenía el gol en sus genes, era imposible que nadie osara acercarse a su récord. Pero un buen día de 2004, el 16 de octubre, para ser más exactos, Frank Rijkaard hizo debutar a un chavalín de 17 años que estaba destinado a dar grandes tardes de gloria al Barça y al fútbol en general, pero no a contar los goles de tres en tres. ¿Cómo iba a ser goleador un chico flaquito que no pasaba de metro setenta? Imposible, según todos los cánones del fútbol.

Esos cánones dicen que hay dos tipos de goleadores, los tipos altos, robustos, potentes y los que nacen con un fino olfato para saber dónde caerá el balón en el área pequeña. Zarra era de los primeros y entre los segundos Gerd Muller es el máximo exponente. De vez en cuando surge una excepción como Romario, bajito pero artista, y se gana la admiración de los aficionados, entre ellos el que esto suscribe, que siempre ha sido muy de Romario.

Pero Messi es mucho más, es la madre de todas las excepciones. Leo es goleador por calidad, no por vocación ni condición. Mete goles porque es el mejor en todo y porque su ambición es infinita. No se conforma con crear juego, romper a las defensas contrarias con su velocidad y técnica y regalar goles a sus compañeros. Fíjense si es bueno, que siendo un falso “9” es el goleador más verdadero de la historia. A partir de ahora, las dos clases de goleadores serán Messi... y los demás.